7 llaves espirituales del éxito

Actitudes que potencian su energía personal

Conciencia, Saber dar y recibir, Responsabilidad, Dejarse fluir, Ser independientes, Tener metas de vida, Aplicar la voluntad

1. Conciencia
   
   

• Dedique 15 minutos por día para estar en silencio, dejándose fluir y tratando de aquietar el curso de sus pensamientos. Si puede, comience un curso de meditación para fortalecer su práctica.
  
  
• Aproveche el extraordinario valor de la observación de la Naturaleza para disfrutar de sus colores, sus olores y sus sonidos. No hace falta que esté lejos de su casa, si vive en la ciudad: puede contemplar su balcón con plantas, su patio o el árbol frondoso que está en su vereda.
  
  
• Trate de controlar su impulso de juzgar a los demás. En lugar de ello, trate de ponerse en su lugar y de apreciar la diversidad de elección del ser humano.
  
  

• Llevar un pequeño regalo a cualquier persona con la que se encuentre, sin que sea su cumpleaños o alguna fecha en especial. No tiene que ser una ofrenda costosa: una flor, un dibujo o una grabación con lindas canciones estará muy bien.
  
  
• Descubra todos los pequeños regalos que el mundo le brinda: una coincidencia agradable, una flor que se asoma a su vista, unos minutos bajo el sol, etc. Hay más regalos de los que usted piensa esperándolos.
  
  
• Comprométase a brindar los sentimientos más valiosos de sí, para que circulen y le sean devueltos en igual o mayor medida: amor, comprensión, escucha, etc.
  
  

• Haga conscientes y reflexione sobre todas las decisiones que ha tomado en el día, aun las que parezcan más inofensivas o rutinarias. Eso le ayudará a estar pensando en el presente y, con ello, preparar su futuro.
  
  
• Cada vez que elija algo, piense cuáles serían las consecuencias de su acción, y si esto ayudará a traer felicidad o bienestar a su entorno.
  
  
• Deténgase cuando una decisión le traiga malestar interior: su energía le está dictando un mensaje que debe atender. Visualice su modo de actuar, los resultados y lo que espera de ello. Piense de nuevo lo que debe hacer y no tenga miedo de cambiar el rumbo.
  
  

• Practique la aceptación de lo que le sucede, de las personas que lo acompañan, de las circunstancias de su día. Esto no significa ser pasivos o conformistas: implica saber esperar y aguardar un momento mejor.
  
  
• Evalúe lo que identifica como problemas y considere cuál es su responsabilidad, así como lo que podría haber hecho mejor y más fácil.
  
  
• Alivie su actitud defensiva en todo momento, y apréstese para las sorpresas tanto como para las cosas distintas que puedan pasarle.
  
  

• Divida su ser de lo que quiere mostrarle a los demás y de la seguridad que encuentra cuando logra imponer sus opiniones. Trate de independizarse de la mirada ajena y comience a fluir en sus características sin competir con nadie.
  
  
• Incorpore a la incertidumbre en su vida cotidiana, como un factor con el que convivirá siempre. Es difícil y angustiante, pero poco a poco podrá conseguirlo.
  
  
• Aprecie la multiplicidad de alternativas y aténgase a la adrenalina que implica el no saber que sucederá: muchas veces, las cosas saldrán mejor de lo que piensa.
  
  

• Piense y reconozca que su ser interior tiene potencialidades que no deben ponerse a prueba en su familia, en su trabajo, con sus amigos o con su pareja: la fuerza de ese núcleo de energía es de otro orden y tiene otras misiones.
  
  
• Enumere cuáles son sus talentos y en qué benefician a su entorno, así como cuáles son las tareas que permiten expresar esas cualidades. Tenga en cuenta que, cada vez que tenga esta oportunidad de comunicación, estará dando en abundancia para el mundo.
  
  
• Todos los días pregúntese cómo puede ayudar a los demás, y en qué puede hacerlo hoy mismo. Por mínimo y focalizado que parezca, ese acto de brindarse lo cambiará paulatinamente.
  
  

• Haga una lista con todos sus deseos, de los más cotidianos a los más inmensos; lea esa enumeración todos los días y téngalos en mente para recordarlos en cualquier momento del día. No los pierda de vista.
  
  
• A la vez que direcciona su fuerza para conseguir esto, practique el movimiento complementario de soltar su deseo al Universo para que éste encuentre su camino; piense con desapego, conéctese con el presente y distinga lo que quiere sin obnubilarse.
  
  
• No desvíe su energía del momento presente, ni se deje llevar por los obstáculos para perder de vista su meta. Construya su futuro a través de las acciones en su presente, en el que deberá poner toda su atención.