La mayoría de los conflictos en una relación de pareja se alimentan de sutilezas. Hace poco escuchaba a una pareja de amigos discutir acerca de las supuestas razones por las que se han distanciado, hasta el punto en que uno de ellos quiere la separación, a pesar de que ambos expresan abiertamente sentir amor por el otro.
Los ataques y las justificaciones a través de frases como "es que tú nunca", "porque tú siempre", "es que no entiende nada", "lo que pasa es que yo soy el único culpable de todas sus desgracias"... y el constante recordatorio de todo lo que se dijeron y se hicieron, totalmente fuera de contexto, sumado a una gran emotividad, hacen que, a simple vista, parezca que no tendrán otra oportunidad.
Es curioso pensar en lo poco dispuestos que nos mostramos a escuchar y considerar como valioso el comentario de un tercero en la búsqueda de una reconciliación. Pareciera que lo más importante es dejarnos llevar por las emociones que se han acumulado en nosotros, para reaccionar y defendernos una y otra vez, tratando de mostrarle al otro que somos quien tiene la razón. Como si con ella pudiéramos borrar todo lo que hemos vivido para experimentar de nuevo la tranquilidad y la felicidad.
Mientras más discutimos, menos nos entendemos y más nos alejamos. Si pudiéramos detenernos para hacer una tregua que nos permitiera ver la situación como es en realidad, podríamos tener una actitud más abierta y madura que nos permitiera encontrar juntos un camino de entendimiento y reconciliación.
Claves para darnos otra oportunidad
Evitemos señalar un culpable. Somos nosotros quienes elegimos cómo vamos a reaccionar ante el otro. En lugar de señalarlo como el único responsable de nuestra infelicidad, deberíamos poner en perspectiva la dificultad que estamos enfrentando siendo lo más objetivos posible y reconociendo todo lo bueno y especial que también hemos compartido
Compartamos parcialmente la razón. Aunque no estemos de acuerdo con los argumentos y las explicaciones de nuestra pareja, esto no significa que sus razones no sean válidas. Ábrete a escuchar el punto de vista del otro sin sentirte atacado personalmente.
Dejemos el pasado atrás. Si queremos otra oportunidad, debemos perdonarnos para volver a comenzar.
Hagamos acuerdos. Conversar sobre lo mismo, sin llegar a acuerdos y asumir el compromiso de cambiar, hará que nos volvamos más defensivos y agresivos el uno con el otro.
por MAYTTE