Te invito a mirarte: ¿Eres de esas personas que tienen el hábito de acumular objetos, ropa, zapatos, carteras, muebles, utensilios domésticos y todo tipo de cosas útiles o no, creyendo que algún día (no sabes cuándo) podrás necesitarlos? De ser así, este artículo es para ti.
A propósito de este comportamiento, ¿te has puesto a pensar sobre lo que guardas dentro? ¿Si coleccionas resentimientos, tristezas, miedos..? Con honestidad responde: ¿Te agrada?, ¿te sientes ligero o la carga sobre el lomo es tan pesada que duele la espalda? Reflexiona y... siente.
¿Deseas nuevas cosas en tu vida?
Para que llegue lo distinto o novedoso a tu vida conviene abrir espacios. Hay que dejar gavetas vacías. Es preciso eliminar lo que ya no sirve o se fue para que venga la prosperidad.
El vacío busca ser llenado y es precisamente en este instante donde atraerás todo lo nuevo que deseas.
Mientras cargas cosas viejas e inútiles, materiales o emocionales, no habrá espacio abierto para nuevas oportunidades.
Entonces, ¡manos a la obra! Limpia tus cajones, armarios, cuarto, garaje interno y externo y verás cómo te quitas un gran peso de encima.
Al fluir y crear movimiento vamos saliendo de los viejos paradigmas y de nuestra carencia y zona de confort, para abrirle una ventana a la certeza absoluta de que todo va a llegar en armonía a tu vida, pues... hay espacio para recibir.
Paradójicamente, cuando acumulamos, el mensaje que recibe nuestro cerebro es:
• "No puedo confiar en el mañana porque no tengo la capacidad de producir más".
• "No merezco cosas nuevas y mejores".
Esto afecta la autoestima, por lo que urge deshacerse de todo lo que perdió color para que pueda entrar lo nuevo a la casa y dentro de uno.
Cultiva una mentalidad de abundancia, de fluidez, limpia tus cajones y abre tus manos para recibir... porque tú lo mereces.
Sabrás que estás en el camino correcto cuando pierdes el interés de mirar atrás.
Adelante, celebra la vida y decide que el día de hoy es para ser feliz y recibir lo que tanto deseas y mereces.
Por último te recuerdo que, si la vida te tumba, voltéate y mira las estrellas.
Éxito, tú puedes, ¡decídelo ya!
por FRANCA TREZZA