Actuar con libertad es algo mucho más profundo que hacer lo que a una persona le apetece en cada momento. La verdadera sensación de libertad no solo es causa de una acción en concreto sino también, consecuencia de la misma. La libertad interior es aquella agradable sensación de paz que permanece tras haber tomado la decisión correcta. ¿Y cuál es la decisión correcta cuando dudas entre varias opciones sobre qué camino tomar? Aquella que te hace sentir mejor a ti contigo mismo.
Es decir, cuando tienes dudas sobre qué decisión tomar, puedes realizar la proyección de visualizarte a ti mismo tomando cada camino para valorar cómo te sientes en cada uno.
La libertad positiva
La libertad sana y constructiva es aquella que implica la realización del bien al actuar de un modo acorde a los valores personales. Existen decisiones que no tienen una gran trascendencia en nuestro día a día y que prácticamente realizamos de una forma automática por hábito.
Sin embargo, existen otras muchas rutinas para las que hace falta una reflexión. Inteligencia y voluntad caminan de la mano cuando el pensamiento aporta luz a la motivación. Solo a través del pensamiento puedes reflexionar claramente sobre qué quieres hacer y por qué.
Y esta reflexión aporta motivos para actuar de un modo determinado guiando a la voluntad en la consecución de un fin a través de un medio específico.
Autonomía personal
Actuar con libertad es una conquista personal que está más allá incluso del temor a desagradar a los demás o a no contar con la aprobación de los más cercanos en ese camino. La conquista de la libertad personal también es el desarrollo de la autonomía centrada en la autoestima. Cuando de verdad eres tú mismo cuando estás con los demás, también te mantienes más firme en tus decisiones.
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