Todos hemos oído decir que segundas ocasiones nunca fueron buenas. Las segundas oportunidades gozan de popularidad en muchas otras cosas excepto el amor.
Se dice habitualmente que si una relación no ha funcionado una primera vez no va a hacerlo una segunda. Y es posible que así sea, pero tenemos que tener en cuenta que a veces las personas se toman sus errores en serio y aprenden de ellos.
Si una relación no funcionó, si rompisteis y habéis vuelto y no quieres que vuelva a pasar lo mismo que os pasó la otra vez tienes la solución en tus manos y pasa por enfocar la relación de forma distinta y a no hacer lo que ya sabes que no funciona.
Si aprendemos de nuestros errores y lo hacemos de verdad y con buena conciencia una segunda oportunidad puede ser totalmente exitosa. Personalmente conozco a muchas parejas que han roto por problemas varios y que finalmente han vuelto y han demostrado que puede funcionar y que la relación puede ser perfecta de nuevo.
Eso sí, no sólo necesitaremos haber aprendido de nuestros errores sino que deberemos dejar atrás una serie de cosas del pasado.
Imagina que has tenido una relación que no ha funcionado y que lo dejas y empiezas con otra persona. A tu nueva pareja no puedes juzgarla por los errores que cometió tu pareja anterior, no puedes pensar que todos los hombres, o todas las mujeres, somos iguales y que te va a pasar lo mismo. ¿Verdad?. Supongo que ves que empezar una relación de esta manera es un modo erróneo de enfocarla y que tiene muchas probabilidades de no funcionar o de fracasar.
Si la nueva pareja es la misma que la anterior pues tenemos un doble problema ya que venimos escarmentados de la relación anterior y podemos tener miedo de que nos ocurra otra vez lo mismo. Si las segundas oportunidades no funcionan no siempre es debido a cometer los mismos errores que nos separaron la primera vez sino a no ser capaces de superarlos.
Si empezamos a echar en cara los problemas que tuvimos en la primera etapa de la relación esta está destinada a fracasar. Nadie puede aguantar que su pareja dude de él o de ella constantemente ni tampoco se puede vivir siempre con la sombra de la duda y sin poder confiar en tu pareja.
Para que una segunda oportunidad tenga éxito las dos personas tienen que poner de su parte en un compromiso muy especial. Ambas deberán ser capaces de solucionar los errores que ellas causaban. De haber aprendido algo y de no volver a equivocarse. Pero también ambas deben comprometerse a no recordar los errores pasados, a no echarlos en cara y a no juzgar a su pareja por algo que pasó en otra etapa de la relación.
Empezar de nuevo es empezar de nuevo, de verdad. Dejar atrás los malos rollos, las desconfianzas y los problemas y aceptar que esta vez puede salir bien y vivir el presente.
Solo si somos capaces de vivir el presente y de confiar en nuestra pareja podemos ser capaces de llevar adelante una relación exitosa. Sea una primera oportunidad, una segunda o la que sea. Repito, si empezamos de nuevo empezamos de nuevo. No juzgamos a nuestra pareja por errores que aún no han cometido. Si hablamos de infidelidad, por ejemplo, no puedes vivir toda la vida analizando lo que hace tu pareja, esperando a que te engañe y buscando pistas por todos los lados.
En primer lugar porque es una falta de confianza enorme. Si has decidido darle esta segunda oportunidad es porque confías en esa persona. Si confías demuéstralo.
En segundo lugar porque cuando estamos convencidos de algo al final acaba pasando, de verdad o no. Es decir, si lo que buscas son pistas que confirmen que tu pareja te es infiel lo más probable es que acabes viendo cosas que no entiendes, que no te gustan o que parecen pistas claras de lo mal que se está portando tu pareja contigo. Al final le acusarás de ser infiel, tu pareja ya estará resentida desde hace tiempo, no es fácil vivir con una persona que te fiscaliza constantemente y que no confía en ti.
El desánimo puede ser la causa de que la pareja no funcione. Como decía si tu pareja no confía en ti, te desanimas, descuidas la relación y efectivamente al final acaba fracasando. Si empiezas una relación, o lo que sea, con la creencia de que no va a funcionar, de que vas a fracasar, efectivamente lo harás. No hay otra. Y no es culpa de tu pareja sino tuya que no has puesto en la relación ni esperanzas ni ilusión ni nada de nada.
La desconfianza solo lleva a mayor desconfianza, da igual si hablamos de cuernos, de pasotismo con la pareja, de mala gestión de las tareas domésticas… Si ves a tu pareja de una forma que no puedes cambiar aunque esa persona haya cambiado seguirás acusándola de los mismos fallos y errores que en la primera ocasión, por tanto por mucho que se esfuerce la otra persona en demostrar que ya no es así tú no lo verás.
Para que una segunda oportunidad funcione tenemos que dejar atrás los errores y los problemas que tuvimos en el pasado. Tenemos que ser capaces de ilusionarnos de nuevo con esa persona, tenemos que ser capaces de no juzgarla por errores por los que ya ha pagado. Si empiezas de nuevo empiezas de nuevo, como si no hubiera pasado nada, con ilusión, con ganas y con tus deberes hechos: no cometer los mismos errores y no esperar que tu pareja los cometa.
Si ambos estáis haciendo lo mismo la relación no tiene por qué fallar.
En muchas ocasiones las parejas se rompen por una falta de entendimiento sobre un tema en concreto, cuando perdemos a nuestra pareja entonces nos damos cuenta de que aquel tema que nos separaba tanto no era en realidad tan importante y podemos aceptar que sea así.
Cuando has perdido a tu pareja y ves que ella o él eran lo más importante dejas de preocuparte por los que os separa y empiezas a disfrutar de lo que os une. En general para que una pareja funcione es necesario saber qué nos une y buscar más puntos de unión, disfrutar del tiempo juntos, tener mucha confianza… En una segunda oportunidad esto es tan necesario o más que en una primera. Así que sí, funcionan las segundas oportunidades. Ni lo dudes.