El propósito de la vida es simplemente vivir. Entonces, la pregunta es: ¿cómo vas a vivir?
Si, al contemplar el propósito de tu vida, vienen a tu mente palabras y conceptos como servicio, compartir, compasión, amar, empatía o amabilidad, probablemente no estarás verdaderamente satisfecho hasta que una buena porción de tu vida trate con el dar y servir.
Toma una vacación de preocuparte, dudar y temer por medio de ir sin escalas, sin parar, a confiar en el Señor. Una vez que hayas llegado, nota que puedes residir ahí en forma contínua.
Estamos destinados a tener dicha y abundancia en nuestras vidas. Es como que tenemos un canal vertical dentro nuestro que está diseñado para que la abundancia fluya por él.
Aún cuando la salud, riqueza y felicidad son una posibilidad clara y visible en nuestras vidas, también hemos de reconocer que dicho estado de equilibrio no es un suceso común para la mayoría de las personas la mayor parte del tiempo. Sin embargo, sé, por mi vida y por la vida de cientos de otros amigos y colegas, que una vida así no solamente es posible sino que ya se ha manifestado.
– John-Roger