Creatividad y transformación en el presente
La interpretación de los sueños es, desde el psicoanálisis, una herramienta terapéutica de infinitos sentidos, pero sus significados no sólo tienen que ver con los tratamientos psicológicos, sino también con el descubrimiento de lo que se mantiene oculto en el inconsciente. Carl Jung fue, junto con Freud y desde una diferente perspectiva, quien analizó de un modo diverso nuestras producciones oníricas y le dio un sentido para la vida en vigilia.
Carl Jung (1875-1961) fue un psicólogo y psiquiatra suizo que, en la misma época de Sigmund Freud —y muchas veces trabajando en sus mismos espacios—, colaboró con el desarrollo del psicoanálisis. El estudio de los sueños fue para él uno de sus temas predilectos, y su posición al respecto difirió de la que sostenía el llamado “padre del psicoanálisis”; en lugar de pensarlos como un viaje al pasado y a lo censurado, los consideró una fuente de acción y de cambio para la vida cotidiana.
“Sueños curativos”Para Jung, soñar era una actividad normal del inconsciente, que no daba cuenta de la existencia de contenidos reprimidos, sino de la intención de la mente de estar saludable y tener una cierta madurez psicológica.
Así, el objetivo de los sueños no es destapar sucesos del pasado, sino incentivar para las acciones del futuro y funcionar como un entrenamiento para tomar decisiones. El psiquiatra suizo afirmó que el sueño era “un ejercicio preliminar, un esbozo”, cuyo contenido era de gran ayuda para resolver un conflicto en la vida del soñador.
Soñar otros puntos de vistaComo el contenido simbólico de los sueños es útil para aportar soluciones a un problema, pensar esos significados “en acción” durante un sueño sirven para ver cómo esas opciones funcionarían en la vida “despierta”.
Por eso, para Jung, soñar era un modo de prepararse mentalmente para una nueva etapa, y ayudaba a ver las cosas desde otro punto de vista, más ampliado que el que normalmente se tiene durante la vigilia. De este modo, los sueños equilibran el estado psicológico del sujeto y lo incentivan a trabajar con sus debilidades de personalidad en un contexto protegido, como es el de estar soñando.
Un mensaje en la almohadaA diferencia de Freud, que pensaba en el valor metafórico del sueño y en sus significados ocultos, Jung consideraba que había que darle valor al sentido literal del sueño, puesto que se elaboraron con el lenguaje del inconsciente, que no necesita disfrazarse.
Por eso, en lugar de rastrear los temas reprimidos del soñador, Jung intentaba capturar el potencial transformador y creativo del sueño para la vida presente, con el fin de “sanar” la personalidad y ayudar en el presente del sujeto.
Es importante señalar que para Jung no era suficiente un solo sueño para interpretar lo que el inconsciente estaba manifestando: era necesario hacer un seguimiento de varias producciones oníricas para lograr un análisis y, del mismo modo que en la vida “despierta” todo requiere de un proceso desplegado en el tiempo, los sueños también necesitan su secuencia para expresarse y brindar su significado para quienes los elaboran en su mente.
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