La
motivación tiene algo muy bueno y es que
depende única y exclusivamente de ti.
Podrás leer mensajes como éste, que resalten
lo bueno de la motivación. Sin embargo, tú eres el único que puede generarla y mantenerla.
En ocasiones,
mantener la motivación no tan fácil. Una vez que tenemos claras las razones de porqué hacemos lo que hacemos, hay que sostener ese impulso durante todo el camino.
Definir los objetivos
Existen algunas pautas que pueden ayudarnos a mantener viva la motivación. Una de ellas es, precisamente,
definir de manera muy clara los motivos por los que actuamos.
Sólo existen dos posibilidades: Nos movemos para evitar algún mal o lo hacemos para obtener un beneficio.
El punto de partida es tener claros los motivos y darles el valor que les corresponde, jerarquizando (si hay varios), otorgándoles mayor peso a los que así lo merecen.
En la base de la motivación siempre ha de estar la satisfacción de las necesidades mínimas: alimentación, vivienda y seguridad física. Después, todo lo demás.
Ser constante
Para mantener nuestro motor en buen estado, lo siguiente es
controlar las emociones durante el camino. Vamos a tener “
bajones” y/o “
subidones”. Que ninguno nos ofusque y nos desvíe.
Hemos de ser
constantes en la inyección de motivación que nos suministramos cada día. Debemos recordarnos porqué hacemos lo que hacemos continuamente.
Pensar en positivo
También es de bastante ayuda
visualizarse logrando el objetivo propuesto. Nosotros seremos los primeros en estar convencidos de que vamos a llegar ahí. Cada vez estamos más cerca.
Hemos de
pensar en positivo, sin llenar la mente de porquería que nos estorbe en nuestro avance. Y hemos de hacerlo cada día.
Al inicio de nuestro emprendimiento, nuestra motivación está en buen estado y hay que sostenerla día a día. Ocurre lo mismo cuando nos duchamos. Olemos bien ese día, pero… ¿qué pasa si no lo hacemos en los días siguientes? Librarnos de los pensamientos “apestosos” es una tarea diaria para evitar la que la podredumbre nos afecte a nosotros y a los demás.
Esforzarse
Lo último y no menos importante que lo anterior:
el esfuerzo que supone todo el proceso.
Cuanto más ambicioso sea el objetivo, más esfuerzo habremos de realizar. Habrá que trabajar duro y lo haremos, teniendo en cuenta que merecerá la pena.
http://tusbuenosmomentos.com/2010/07/como-mantener-la-motivacion/