La vida no es fácil, todos nos caemos, todos pasamos por malos momentos. Muchas de las personas que me escriben en redes sociales o me contactan como consultor me dicen que no van a lograr sus sueños; que para triunfar hay que tener dinero y conexiones; que como ellos no las tienen, no se creen capaces de lograr lo que les gustaría tener en la vida. Esto es una cómoda excusa para no seguir adelante luchando con perseverancia por lo que quieren.
Uno de mis clientes me escribió esta semana pasada diciéndome que iba a abandonar el proyecto porque ya estaba cansado y no tenía dinero. Tiene una niña recién nacida y sus gastos se habían incrementado muchísimo por lo que no podía seguir pagando la consultoría.
Mi misión de vida es ayudar a que las personas sean altamente exitosas. Mi email y mi llamada de respuesta a sus inquietudes las hice con el objetivo de que siguiera adelante él solo con el proyecto. Le expliqué todo lo que habíamos avanzado, que tenía herramientas para seguir adelante y que no se hundiera en el paradigma del fracaso usando la excusa de no tener dinero para abandonar sus sueños y culpar a los factores externos de no tener la perseverancia para tomar el control de su vida y su futuro. Le transmití esperanza.
Su problema no es el dinero, su problema es su falta de motivación para trabajar más duro y levantarse ante las derrotas. El nacimiento de su niña lo obliga a aumentar sus ingresos para poder costear todos los gastos que ello implica. El rendirse no es una opción para él. Tiene que seguir tratando de aumentar sus ingresos y ese objetivo motivacional creo que lo logré.
Según los estudios de Jay Abraham, uno de los consultores más importantes del mundo, los billonarios y las personas que han amasado las más grandes fortunas en el planeta han quebrado y se han quedado sin nada un promedio de 2,2 veces en su vida. Ellos han tenido la fuerza interna para seguir adelante ante las adversidades y han logrado sus sueños. El difunto Steve Jobs es un ejemplo de ello.
Esta historia que voy a compartir es una gran lección sobre no dejarse vencer ante las adversidades y seguir luchando cuando nadie cree en ti y no tienes ni el dinero ni las conexiones, que para muchos es la excusa más a mano para no tomar el control de su vida.
Cuando hablamos de Sylvester Stallone, todos pensamos en una de las superestrellas más grandes de la historia de Hollywood. Su serie de películas de Rocky y Rambo nos vienen a la mente, pero pocas personas conocen la historia de sus comienzos.
Esta historia real fue documentada en un reportaje publicado por Taringa.net. Hace varias décadas, Sylvester tenía el sueño de ser actor en cualquier categoría. No tenía ni dinero ni conexiones, pero sí creía en él y en sus sueños, y sabía de lo que era capaz.
Fracasó muchas veces tratando de ser actor, pero en vez de rendirse, se levantaba, se sacudía el polvo y seguía adelante con perseverancia. Llegó a estar tan desesperado que en un momento robó las joyas de su pareja y las vendió. Su situación se puso tan fea que entregó su apartamento porque no podía pagar el alquiler y vivió en la calle durante tres días en la estación de autobuses de New York. Su punto más bajo llegó cuando tuvo que vender a su perro por veinticinco dólares (perro que quería tanto que luego recompró por quince mil dólares) porque no tenía dinero para seguir alimentándolo.
Dos semanas más tarde, vio una pelea de boxeo entre Mohamed Ali y Chuck Wepner y eso lo inspiró para escribir en veinte horas el guión de su famosa película Rocky.
Se dedicó a la labor de venderlo a los estudios cinematográficos con una condición: él tenía que ser el protagonista, es decir, interpretar el papel de Rocky. Recibió una oferta de 125 mil dólares que no aceptó, luego otra de 250 mil y una final de 350 mil que también rechazó porque los estudios quería un “actor de verdad”. Muy poca gente en su precaria situación económica hubiera rechazado esas ofertas.
Luego de un tiempo, el estudio aceptó su condición de ser el protagonista y le compró el guion por 35 mil dólares. Todos conocemos el resultado, Rocky ganó el Oscar a la mejor película, Sylvester Stallone fue nominado como mejor actor y Rocky sigue siendo una de las películas más exitosas de la historia.
La moraleja de la historia de Sylvester Stallone es: no te rindas, cree en ti y lucha con todas tus fuerzas contra todas las adversidades por tus sueños y tu gloria.
http://www.inspirulina.com/sigue-tus-suenos-con-esperanza.html