Las personas necesitamos el
contacto físico y esta necesidad está a la altura de otras tan básicas como el comer o el dormir.
Éstas nos sustentan físicamente y el contacto físico lo hace en el terreno psicológico y emocional.
En las primeras etapas de nuestra vida, llega a ser tan crucial que
favorece el desarrollo de la inteligencia.
Y, a lo largo de nuestra vida, sigue siendo esencial. Tanto que es muy difícil que el bienestar pueda prescindir de él.
Un abrazo (físico) es capaz de sustituir un largo discurso y, además, está mientras favoreciendo el desarrollo de la
empatía y reafirmando el
vínculo con la otra persona.
Por supuesto,
potencia la autoestima. Esa muestra de afecto que compartimos con otra persona revierte en el afecto que sentimos por nosotros mismos.
Si bien es más beneficioso el “abrazo real”, el que implica contacto físico, cuando éste no se da por alguna causa, también es posible abrazar sin usar los brazos, aunque suene contradictorio.
Afortunadamente, podemos transmitir o sentir la calidez de un abrazo a través de una mirada, por ejemplo, o utilizando las palabras…
El abrazo, cualquiera que sea la forma en que lo recibamos, puede ser uno de los mejores momentos del día. ¿No crees que es así?
http://tusbuenosmomentos.com/2010/07/importancia-del-abrazo/