s bueno que usted entienda por qué sucede el fenómeno que puede llevar a la pareja, de un estado inicial de amor, a un segundo estado de odio.
Existe en cada persona una especie de aparato emisor y receptor. Todo lo que usted piensa se proyecta en usted y se irradia hacia afuera. Si otra persona, en este caso el cónyuge, está en la misma frecuencia cerebral, los dos entrarán en sintonía y ocurrirá como si dos baterías juntasen la carga, generando el doble de electricidad y de fuerza.
Ahora usted entenderá, ciertamente, estas tres situaciones:
1- Dos personas que se aman se afectan mutuamente, subjetivamente, en forma agradable y positiva, y esa fuerza es multiplicada en ambos, porque existe una interpenetración. Ambos están sintonizados en el amor.
2- Dos personas que se odian se afectan mutuamente y esa fuerza negativa se multiplica en cada una y se realimenta en todo instante, porque ambas están en sintonía.
3- Si uno ama y el otro odia, las auras no se interpenetran, porque no hay sintonía.
Este es el primer paso importante para la reconciliación: dejar de sintonizar los problemas del otro y que cada uno permanezca en la frecuencia mental de paz y amor.
Un día, en una excursión, yo estaba explicando a una profesora amiga la ley de la sintonía. Como ella se hallaba envuelta en un ambiente de intrigas y de envidias, le sugerí: Mire, cuando alguien se irrita contra usted, la ofende, la agrede, la critica, o profiere groserías, no entre en sintonía con ella. Permanezca en otra frecuencia mental: paz y amor. Quédese en la suya. Actuando como lo está haciendo, la otra persona revela que está enferma mentalmente. Si usted le sigue el juego, entonces se contagia y reaccionará de la misma forma. Recuerde que es ella quien está enferma y no usted. Por tanto, sienta pena por ella, mírela compasivamente y hasta dispóngase a ayudarla si el momento fuere propicio. Si usted permanece en otra frecuencia, además de no contagiarse el mal de la otra persona, podrá irradiar hacia ella la calma, el equilibrio emocional y la paz de espíritu.
¿Ya viajó en avión? Cuando viaja en avión en día de tormenta, al entrar entre las nubes se enfrenta una turbulencia terrible, relámpagos, rayos, oscuridad, una situación que llega a asustar. Pero el avión continúa subiendo para salir de esa faja peligrosa y, al atravesar las nubes, de repente se sumerge en el cielo azulado, limpio, lleno de sol. Allí arriba todo es paz, alegría, tranquilidad y sol. Allá abajo: tempestad, turbulencia, rayos, relámpagos, vientos y oscuridad.
¿Percibió usted lo que es pasar a otra frecuencia mental?
Días después me encontré con esa joven profesora y ella me dijo entusiasmada: "¡Sabe, es maravilloso entrar en otra frecuencia! ¡Qué bueno! Allá en el colegio, el otro día, estaba todo el mundo enloquecido, insultando, peleando, reclamando, y yo ni lo notaba. Cuando la bomba venía sobre mí, yo hasta lo hallaba gracioso. En cambio, antes quedaba como loca y contestaba como una fiera. Ahora me quedo tranquila. Y dejo correr las aguas".
En la vida de dos es muy importante darse cuenta de la ley de la sintonía, porque, como hay una conexión muy profunda entre ambos, es extremadamente fácil que los dos entren en sintonía tanto en las horas buenas como en las horas de desentendimiento. La sintonía en el amor es maravillosa, necesaria, y linda, porque hace crecer la unión. Pero no puede haber sintonía cuando uno u otro está lleno de resentimientos, de amargura, de celos enfermizos, de nerviosismo.
Lauro Trevisan