Nuestros padres, nuestra educación, nuestro entorno han influido en nuestras creencias nucleares, en nuestra filosofía de vida. Muchos de nosotros hemos recibido una educación muy rígida que nos enseñó a disimular nuestras emociones. El aparentar ser fuertes!!!, esa fue una de nuestras enseñanzas.
Por eso muchas veces nos cuesta reconocer que de tan en tan podemos tener alguna emoción insana, puesto que por nuestras creencias el tener emociones insanas sigue siendo un signo de debilidad. Entonces nos hemos hecho expertos en disimular nuestras emociones, nos hemos hecho expertos en sentir una cosa pero aparentar y expresar otra.
Hoy he ido a un entierro de un familiar muy cercano, era un tío mío ya muy mayor, ha sido muy curioso, todos nos hemos emocionado puesto que hemos pasado mucho tiempo con él, pero casi todos buscábamos la manera de disimular nuestras emociones para hacer ver que estábamos enteros y serenos. ¿Por qué hacemos esto?.
En el fondo nos importa muchísimo la opinión que tienen los demás de nosotros y pensamos que si manifestamos libremente nuestras emociones los demás nos van a ver como personas débiles, queremos dar la imagen a los demás de que somos fuertes y perfectos. Pero no es sólo cosa de la imagen hacia los demás, nosotros con nosotros mismos somos en ocasiones megarígidos y no nos permitimos sentir las emociones que sentimos. Nos censuramos a nosotros mismos nuestras propias emociones. En ocasiones nos sentimos culpables por sentir las emociones que sentimos. Es lo que a veces ya hemos tratado aquí, la importancia del a,b,c secundario. Se nos olvida y no nos acabamos de creer que nuestro valor como persona no depende de las emociones que sentimos. Yo no soy lo que pienso ni tampoco soy lo que siento. Mi esencia es algo más no depende de que yo sienta emociones sanas o insanas…
Esto nos lleva a situaciones a veces surrealistas como la que he vivido hoy, es muy habitual el llorar en los entierros puesto que somos conscientes de la pérdida, sin embargo hasta en un entierro nos cuesta manifestar con libertad nuestras emociones!!, aunque sean emociones sanas como la tristeza y a mí me ha pasado hoy!!
El aparentar controlar nuestras emociones no nos va a dar un valor añadido como personas, todos somos personas valiosas y nuestro valor no se mide por las emociones que yo siento. Por lo tanto dejemos de censurar nuestras emociones y vamos a permitirnos el sentir esas emociones sean sanas o insanas. No vamos a cuestionar esas emociones!!, está bien dar importancia a los pensamientos y si trabajamos los pensamientos podremos modificar nuestras emociones… Pero conectar con nuestras emociones y no vivir a espaldas de ellas también es muy importante para nuestro cambio. Vamos a dejarnos sentir, no va a pasar nada, podemos soportar esas sensaciones, no somos menos como personas por sentirlas y guardemos el látigo de la culpa.
La garantía de no volver a sentir emociones insanas no nos la va a dar nadie, por lo tanto vamos a permitirnos sentir tanto las emociones sanas como insanas y luego ya veremos lo que trabajamos o dejamos de trabajar, pero el primer paso es SENTIR y no tapar. Se da la circunstancia de que cuando tapamos no hacemos más que engañarnos a nosotros mismos. Siento esa emoción insana y la tapo, la disimulo como sea para no sentirla y para que no se note, sin embargo el pensamiento, la creencia nuclear que me está provocando esa emoción insana sigue estando ahí y llego a la situación de no hacer el cambio de pensamiento y a más a más censurar mi emoción real. Desde luego que los seres humanos somos increíbles!!!
Ya estamos desde hace muchos años en Democracia, así que fuera CENSURAS y el primer paso es permitirnos a nosotros mismos SENTIR.