En el amor sincero la persona no procura moldear a la otra según la
imagen que tiene en mente, sino que la acepta como ella es,
procurando ayudarla a alcanzar una personalidad mejor, más elevada.
En este caso, el amor se da de manera desinteresada, no esperamos
nada a cambio.
El amor verdadero se basa en la fe y no en el temor, no tiene
registro de errores ni lleva un archivo de heridas, el amor
verdadero es el primer paso para la reconciliación. Aquí no existen
las imprudencias ni la promiscuidad.
El amor verdadero es justo, y no se limita al plano físico, esta
unión alcanza al nivel espiritual y mental también, volviéndose más
rico, intenso y duradero.
El encuentro del almas gemelas rechaza cualquier distinción de raza,
nacionalidad o credo, desde que haya un nivel básico de afinidad que
garantice el inicio de la relación y su supervivencia.
El amor de almas gemelas es inagotable, no disminuye a medida que
avanza la relación, aumenta cada día más. No existe enamorado(a),
amante o amado(a), mucho menos divisiones, desuniones o
desilusiones. El amor de las almas gemelas subsiste en otros planos
y en otras vidas… Es eterno.
El amor genuino proviene de Dios a través de su hijo Jesucristo, si
tienes a Cristo en tu corazón, tienes el amor de Dios en tu vida,
¡dalo!… ¡no lo detengas!… los demás seres de este mundo lo
necesitan; proclámalo ya que es un mandato del Señor.
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