La energía del cosmos llega a nosotros en olas. Con flujos y reflujos como las mareas, altas en un momento, bajas en el siguiente, entrando, saliendo, de temible tormenta y luego de hermosa calma. Las mismas fuerzas que impulsan a los planetas en sus órbitas, irradian a nuestro alrededor cambiando y reordenando todos los niveles. A veces esas energías nos empujan hacia adelante a lo nuevo, presentando perspectivas y experiencias nuevas. Otras veces llegan como ecos, despertando otra vez el pasado para llevarlo a un cierre. El mes pasado se caracterizó por lo primero; este mes, por lo segundo. Durante marzo los residuos del pasado aparecen otra vez ante nuestra atención. Este es un mes para atar cabos sueltos, para completar procesos largos y revisar el progreso hecho hasta aquí. Así es como funciona el universo. Nos iniciamos en lo nuevo incluso cuando enfrentamos otra vez lo viejo. Ésta es la danza cósmica que da forma a nuestras vidas y a la vida de este hermoso planeta que llamamos hogar. Es la Fuente Sagrada viviendo a través y alrededor de nosotros, honrando sus propios ciclos de nacimiento y muerte, creación y destrucción, luz y oscuridad, lo conocido y lo incognoscible. Nacemos de esos ciclos y a través de este año nuestro aprendizaje de cómo vivirlos plenamente y sin restricción continúa incesantemente.
Las primeras dos semanas y media de marzo brindan oportunidades para reflexionar sobre nuestro pasado personal, no sólo para apreciar cuán lejos hemos llegado en un período breve de tiempo, sino también para reconocer esos lugares que necesitan sanar en nuestras mentes y corazones, donde seguimos aferrándonos a creencias que nos limitan, conductas que obstaculizan nuestro camino y sentimientos que nos hieren una y otra vez. La psiquis humana es infinitamente compleja y la sanación lleva tiempo, a medida que trabajamos capa tras capa de energías psíquicas, mentales y emocionales calcificadas en una forma que debe ser devuelta a estado fluido para moverse por nuestros cuerpos, mentes y corazones, y abandonarlos. Podemos visualizar esta energía como una piedra y verla gradualmente deshacerse en arena suave, o como hielo duro y frío derritiéndose en agua, o arcilla espesa disgregándose en tierra suelta en la que puede nacer nueva vida. A través del mes próximo, la contemplación de tales imágenes nos ayudará en el proceso de encontrar algunas de las áreas más intransigentes de nuestra psiquis y enfrentar las consecuencias de su (y nuestra) rigidez.
Durante la primera semana de marzo, Mercurio echa un último vistazo hacia atrás a mediados de enero, cuando se volvió retrógrado, antes de avanzar hacia nuevo territorio. Si todavía tenemos que enfrentar problemas desde el principio de este año, esta semana los podemos poner a descansar de una vez por todas. En asuntos de más duración, es probable que en este punto busquemos compromiso intelectual más bien que emocional. Puede que luchemos por entender cuando encontramos viejos patrones, experiencias y sentimientos que creíamos desaparecidos hace mucho. ¡Queremos saber por qué! y esperamos una respuesta lógica. Ninguna otra cosa bastaría. ¡Excepto que no hay respuestas lógicas a obtener! No estamos en el reino del significado ordenado y la consecuencia coherente. Aquí está sucediendo algo más primitivo: una reanimación de patrones de vieja energía que necesitan sanación más profunda. Llegan con una sabiduría propia que puede desafiar a la comprensión. Lo que podemos encontrar este mes bien puede hacer volar por la ventana cualquier teoría remanente o creencia sobre nosotros mismos., probando que cada una de las últimas era falsa. Está por verse cuán dispuestos estamos a abrir la ventana más ampliamente y dejarlos volar, pero si hemos abierto plenamente las ventanas de la psiquis por un rato,¡ los primeros días de marzo son buen momento para revisar y lubricar las bisagras!
Del 5 al 6 de marzo hay una Luna Llena en Virgo mientras Venus cruza el grado del eclipse lunar del 8 de octubre de 2014. Es el primero de los tres planetas en hacer eso este mes, despertando otra vez el pasado aquí en el presente radiante. Cuánto de radiante tendrá nuestro presente actual dependerá grandemente de lo que hayamos hecho desde entonces para que así sea. En ese eclipse tuvimos una opción: usarlo como catalizador para el surgimiento de nuestro ser auténtico, o verlo como una molestia, una lucha, y cerrar las escotillas tan pronto como fue posible para mantener el statu quo. A medida que la Luna se llena y Venus vuelve a despertar el pasado para nuestro examen, tenemos una oportunidad para revisar con detalle los pasos dados de allá hasta aquí – las elecciones hechas y deshechas, las vueltas y revueltas del compromiso y el deseo, los engaños y las revelaciones – cada uno definiendo la cualidad de nuestro próximo paso y el destino al que llegamos, listos para la próxima etapa del viaje.
Esta reflexión continúa mientras Marte cruza el mismo grado del eclipse el 11 de marzo y Urano entre el 14 y el 15. Puede sorprendernos lo que estos planetas traen en cuanto a comprensión, porque el pasado no se reanima sólo para burlarse de nosotros sino para despertarnos a su poder sobre nuestro presente y nuestro futuro. Lo que estaba oscurecido por una niebla espesa de emociones, de pronto puede despejarse y los impulsos que sabíamos que tendríamos que haber reconocido, se vuelven imperativos sobre los cuales hay que actuar sin demora. Esta es la oportunidad final de utilizar la energía del eclipse de octubre antes que se diluya para hacerle lugar al próximo eclipse, uno solar, entre el 19 y el 20 de marzo.
Sin embargo, ¡antes de eso hay trabajo por hacer! Júpiter, Urano y Plutón usan los primeros dieciocho días de este mes para alentar la búsqueda de libertad, pero el aliento viene con una advertencia: la verdadera libertad honra la integridad del todo, no impone los derechos de uno por encima de los de otro. No podemos sencillamente ser libres para hacer lo que queremos cuando queremos. El grito de libertad debe moderarse con el reconocimiento de la responsabilidad que la libertad trae, y la necesidad de ofrecer un corazón abierto y una mente inquisitiva a nuestra búsqueda de liberación. “¿Liberación de qué?” tenemos que preguntar. “¿Y por qué?” Porque liberar el ego para correr desenfrenado bajo un disfraz de autoexpresión se parece a soltar un animal rabioso en nombre de la libertad. Lo que el animal necesita es contención compasiva, y los que lo rodean necesitan protección ante su ferocidad. De ese modo todos pueden estar seguros. La liberación es ciertamente una idea maravillosa, pero debemos estar lo bastante maduros mental, emocional y espiritualmente como para asumir la responsabilidad que conlleva, antes de esperarla como un derecho.
Los cielos resaltan esta madurez durante la primera mitad de marzo, ofreciendo oportunidades para observar nuestro deseo de libertad contra el telón de fondo del pasado resurgido, que puede revelar precisamente porqué la liberación está todavía fuera de nuestro alcance. Debemos atar los cabos sueltos y sanar esas partes fragmentadas de nosotros que usarían la libertad para inflar el ego, en lugar de moldearlo como una fuerza efectiva y considerada para el bien. La liberación que buscamos llega al final de un proceso, no como su primer movimiento. Puede que tengamos que soportar la penuria y la lucha en el camino, no porque debamos ganar una recompensa, sino porque la libertad exige compromiso con los desafíos que presenta, y debemos estar a la altura de esos desafíos para liberarnos a nosotros mismos. Nadie, nada, ningún cambio de energía, ningún período de tiempo, ninguna magia puede impulsarnos de la atadura a la libertad si no estamos preparados para conocernos a nosotros mismos como realmente somos, con verrugas y todo, cuando llegamos allí.
El 14 de marzo Saturno se estaciona retrógrado en Sagitario, dirigiéndose hacia atrás a Escorpio para su visita final. Allí tenemos un aliado. Este planeta fiel que nos carga con el poder para soportar, y la capacidad para cosechar la sabiduría madura de los desafíos de la vida, nos apoya ahora para reflexionar sobre los ocho meses pasados, destilando la experiencia pasada en sabiduría presente. Este proceso de por sí requiere firmeza, porque podemos resistir los mensajes obvios en favor de algo que esté más de acuerdo con lo que nos gustaría creer. Saturno, sin embargo, no se ocupa de nociones cosméticas sino de la sabiduría profunda, y no se anda con rodeos para revelarnos dónde estamos persiguiendo olas en una superficie brillante en lugar de zambullirnos en las profundidades turbias de la verdad.
Entre el 16 y el 17 de marzo Urano y Plutón forman su exacta cuadratura final desde que comenzaron su alianza en 2012. Esta culminación de un proceso de destrucción y renacimiento para tantas personas, y todavía en proceso para numerosas personas más, destila la sabiduría de este prolongado y desafiante proceso de cambio. Aquí se nos ofrece claridad si elegimos aceptarla; la oportunidad de ver con ojos nuevos, como los de un niño que mira la vida sin la actitud presuntuosa y cansada de edades más avanzadas. Esta cuadratura final revela de qué se trataba, ¡y muy bien puede no ser lo que pensábamos! En el destello de comprensión que nos brinda, aún más edificios de yoes cansados y vidas anticuadas ya innecesarias se desmoronan y caen. Déjenlos caer, no importa el ruido ni la nube de polvo que se levanta de los escombros. La torre caída es solamente la del ego calcificado, liberado para vivir de una manera nueva, una vez que ha sido demolido por la bola de Urano/Plutón. En este acto final de poder, se despiden uno a otro y se preparan para avanzar en sus caminos separados y distintos.
En una muestra de misericordia cósmica, Neptuno y el Nodo Norte forman una alianza el 18 de marzo, que continúa hasta el comienzo de junio. Aquí está el bálsamo para nuestras heridas de la demolición, si queremos recibir su toque sanador. Neptuno, el corazón compasivo e ilimitado, revela el camino hacia la totalidad y a un futuro que promete ser algo más que una repetición de un pasado doloroso. No importa qué nos hayan exigido Urano y Plutón en años recientes, Neptuno se extiende para guiarnos de regreso a casa a la totalidad, recordándonos que la resistencia a la vida es resistirse a nuestros propios seres, porque nosotros y la vida somos uno y lo mismo. No nos sucede a nosotros, sino a través de nosotros. Somos ella, y la vida misma es el aire mismo que respiramos. Neptuno disuelve todo lo que separa, incluyendo cualquier noción de que somos otra cosa que completos así como estamos. Nos invita a descansar en la seguridad de saber que, no importa cómo se manifiesta la vida, estamos enteros en nuestra esencia y somos una parte viviente y vibrante del Todo lo Que Es, así como Todo lo Que Es mora completo dentro de nosotros. Cuanto más profundamente podamos abrazar este mensaje, mejor, porque la percepción de estar separados del divino, sujetos a sus caprichos y sus humores, es una creencia anticuada que ahora hace falta descartar. La Era de Acuario que llega necesita que tengamos esto en claro, porque no puede hacer su trabajo sin la claridad de nuestra verdadera naturaleza brillando a través.
El 20 de marzo trae un Eclipse Solar en el grado final del zodíaco, el grado 30 de Piscis. Dondequiera que veamos activado este grado, nos alerta de un final. Cuando un Eclipse Solar cae aquí, el final quema los puentes y no hay forma de retroceder.¡ Es el máximo de la culminación! Para algunos de nosotros este eclipse y las semanas siguientes pueden traer la visión de oportunidades alguna vez disponibles, que no aprovechamos y ahora se han perdido. El cosmos no puede esperar eternamente y hay ocasiones en que cierra del todo las puertas que nos negamos a abrir lo suficiente para pasar. En tanto esta comprensión puede traer tristeza y lamentación, la culminación inequívoca de este ciclo de posibilidades despeja el camino para el comienzo de uno nuevo a su debido tiempo. Nuestra tarea es aprender del pasado, para aceptar plenamente nuestros sentimientos en el presente y avanzar con los ojos bien abiertos a los mensajes de la vida que siempre nos muestran el camino y el cuándo florecer. Es cada vez más vital que aprendamos a escuchar profundamente a la sabiduría inherente a la trama de cada momento. Que reconozcamos más y más que no estamos aquí para crear sino para ser creados, y nuestro papel es alinearnos con la creación en que nos estamos transformando, con objeto de vivirla plenamente, con integridad e ilimitada alegría, nacida no de deseos satisfechos, sino de un propósito más grande cumplido a través de nosotros. Más grande de lo que podríamos imaginar o manifestar cuando nos valemos de nuestros propios mecanismos.
Los últimos diez días del mes nos ven digiriendo lo que han sido tres semanas iluminadoras. El pasado despertado otra vez y la culminación inequívoca de ciertos ciclos, pueden ser una receta para alguna inquietud mientras procesamos su impacto. Se necesita paciencia para permitir a nuestros corazones y nuestras mentes tranquilizarse y adaptarse a la “nueva normalidad”. Pero recuerden que Neptuno y el Nodo Norte están de nuestra parte, revelando una sabiduría nacida de la compasión por uno mismo y por los demás, y una oportunidad cada vez más profunda de reconocer la presencia callada pero poderosa que vive en nuestro núcleo. Es a esta presencia que debemos dirigirnos, y escucharla cada vez más profundamente desde ahora. Contiene todo lo que necesitamos saber.
Mercurio finaliza marzo cruzando el grado del eclipse solar desde el 20, resaltando aun más la disponibilidad de información si ponemos la atención de la forma correcta. Esto no se trata de pensar nuestro camino a través de las cosas, planeando y programando las cosas correctas, sino volviendo la atención hacia adentro para escuchar al corazón, que nos habla sin palabras pero con sentimientos y sensaciones, ya sea con un conocimiento sutil o una consciencia intensa de lo que se necesita en el momento. Esta sabiduría habla claramente ahora, para quienes tengan oídos para oir, y al finalizar marzo, lo que hayamos perdido empieza a tomar nueva forma como algo totalmente nuevo. Su forma tardará un tiempo en revelarse y se requiere paciencia mientras tanto, pero no importa cuán persuasivamente nuestras mentes nos digan que todo está perdido, nuestros corazones contestan que esto no podría ser nunca, porque todas las cosas descansan en el Corazón Universal que nunca abandona a nada ni a nadie
Sarah Varcas