Creo que ninguno de nosotros está realmente consciente de uno de los mejores remedios del que disponemos, tanto para nuestra salud física, como espiritual y por encima de todo, el mismo no nos cuesta ni un centavo.
Este remedio milagroso es: LA SONRISA , así, tal cual, escrito con mayúsculas.
Sonreímos naturalmente cuando nos sentimos felices o cuando estamos a punto de reír, de modo que el simple hecho de colocar la boca en posición de sonrisa, dispara una respuesta feliz.
La sonrisa es como un borrador de los pensamientos negativos, ya que no somos capaces de sonreír y pensar en algo negativo. También es difícil ser rudo o egoísta con alguien que sonríe, ya que automáticamente, al estar frente a una persona que tiene dibujada una sonrisa en su cara, se nos va el enfado o la bronca.
Todo nuestro cuerpo físico se ve afectado por la sonrisa, desde la piel hasta el esqueleto, incluyendo todos los vasos sanguíneos, nervios y músculos. Afecta el funcionamiento de cada órgano, cada glándula. Repito, no se puede sonreír sin afectar favorablemente todo el cuerpo, y ésta es la verdad literal.
Una sola sonrisa relaja un gran número de músculos, de manera que cuando se hace un hábito, es fácil apreciar cómo se acumulan los efectos, ya que las sonrisas del año pasado están pagando dividendos hoy.
Otro de los beneficios de la sonrisa es que su mera presencia produce efectos mágicos en las relaciones humanas. ¿Por qué?, porque la mirada, la expresión de los ojos y de la cara en general, son reflejos de una corriente de energía dinámica que se transmite a los que nos rodean.
La real sonrisa emana desde lo profundo del corazón, y se refleja en toda la actitud de nuestro cuerpo, ya que nunca veremos que una persona que está con los hombros caídos, como agobiada por el peso de su vida, nos sonría sinceramente.
La mirada que manifiestan los ojos, la expresión de la cara, la utilización de las manos y la irradiación del corazón, no son otra cosa que corrientes dinámicas de energía anímica puesta en acción. A través del corazón es como expresamos a los demás la calidad de nuestras actitudes, pensamientos y estados anímicos. Y, a través del corazón, es como recibimos y sentimos lo que los otros nos transmiten.
Tenemos que tomar conciencia de que:
AMAR ES SONREÍR, SONREÍR ES DAR Y DAR ES COOPERAR
CON EL PROGRESO DE LA VIDA.
Mediante la sonrisa le damos a la otra persona la oportunidad de la cooperación y con ello despertamos lo mejor en cada hombre, en lo íntimo de su corazón, ya que el efecto de una sonrisa desarma las sospechas, disuelve la ira y el temor, y atrae a la superficie lo bueno que hay en el individuo.
Es cierto, dirán que la vida es dura y difícil y que muchas veces no nos sentimos con ganas de sonreír; nos sentimos maltratados en toda clase de relaciones y por todo tipo de personas, nos agobian los problemas financieros, la situación general se presenta sombría.
Al pensar en esa forma nos llenamos de pensamientos y sentimientos negativos, y sin embargo, no es escapando de las situaciones conflictivas o desagradables como se solucionan nuestros problemas, sino que veremos que cambiando de actitud y enfrentando estas situaciones, adoptando un enfoque más positivo y sonriendo desde el fondo de nuestro corazón, veremos que provocaremos un cambio de actitud de las personas hacia nosotros.
Amando y sonriendo se transformarán nuestras relaciones, mejorando sustancialmente la calidad de las mismas.
Debemos tener bien en claro que en los contactos personales, la sonrisa es lo que el aceite en las máquinas, y ningún ingeniero inteligente desatiende la lubricación.
Al abrir los ojos por la mañana, saluda al nuevo día sonriéndole. Al iniciar las actividades sonríe.
SONRÍE A LA VIDA Y LA VIDA TE SONREIRÁ.