En la Universidad de Brown (EEUU) hay un equipo de investigadores tratando de encontrar el mecanismo exacto por el cual el cerebro decide pasar de un estímulo y concentrarse en otro. La idea en principio no parece demasiado útil, pero podría ser el
camino para tratar determinados dolores crónicos para los que de momento no hay tratamientos efectivos.
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En un trabajo presentado hace unos días en la revista
Journal of Neuroscience, los científicos presentaban un detallado estudio de las
señales cerebrales de 12 voluntarios a los que pidieron que se concentraran alternativamente en mover y sentir el dedo corazón del pie izquierdo y el dedo pulgar del mismo pie, o los dedos de la mano. Aunque quizá no te has parado a pensarlo, eres muy
capaz de concentrarte en una zona espacial de tu cuerpo tan concreta como un dedo de un pie y dirigir después la atracción hacia otro.
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Lo que hicieron los investigadores fue registrar las señales eléctricas del cerebro durante el proceso con uno de los instrumentos más precisos en neurociencia,
el magnetoencefalograma. Esta herramienta les permitió medir la energía y diferencia de tiempos entre las señales de la
corteza somatosensorial (que maneja los movimientos de los dedos) y la corteza inferior frontal cuyo papel en la supresión de la atención es conocido.
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Lo que descubrieron es que al cambiar la concentración de un lugar a otro (de la mano al pie, por ejemplo) se produce una señal identificable en la actividad neuronal y un patrón que permite saber qué está haciendo la persona:
hay una señal distinta cuando se prepara para sentir un estímulo o cuando se centra en una determinada zona, por ejemplo. Lo que quieren conocer los científicos es si se puede, de alguna manera, alterar este patrón de ondas en el cerebro para hacerle cambiar el foco de atención. En otras palabras, aprovechar el mecanismo del cerebro para pasar de algo para distraerle de un dolor o un trauma.
¿Cómo se haría esto? El método más investigado en este momento, y del que hemos hablado alguna vez - es la
estimulación magnética transcraneal, un método no invasivo que permite cambiar la actividad neuronal estimulando o inhibiendo determinadas regiones. Los autores del trabajo colaboran con el doctor
Ben Greenberg para estudiar si pueden
manipular estos ritmos alfa y beta del cerebro para suprimir la atención en determinados momentos, lo que podría servir de terapia contra el dolor u otros procesos mentales que se quieran suprimir o atenuar. Pero para eso queda mucha investigación por delante.
Referencia:
New findings on how the brain ignores distractions (Universidad de Brown)