Presta atención y te darás cuenta. La mayoría de las veces ese vacío que sientes, esa angustia que te impide sonreír, son puro producto de tus pensamientos. En tu mente y de la nada, das forma a situaciones imaginarias, fantasías que te entristecen, te preocupan, te impiden disfrutar. Imaginas que discutes con alguien… y encima sales perdiendo! Escuchas como alguien te cuestiona, discrepando con tus puntos de vista o tus creencias, y dudas hasta de tus más fuertes convicciones! Date cuenta de que tienes esa maravillosa capacidad de pensar para utilizarla a fondo, justamente, pero en positivo. Saca esos pensamientos negativos y reemplázalos por otros, igual de poderosos, igual de detallados, pero en los cuales converses en lugar de discutir, convenciendo al otro imaginario en lugar de quedar en desventaja. Coloca en tu mente recuerdos de momentos exitosos, plenos, positivos, y sonreír no será ya difícil y forzado, sino simple y natural.
Gabriel Sandler