Las preguntas que recibas respóndelas yendo al punto, y si no lo sabes di, simplemente, no lo sé. Lo que tengas que hacer, hazlo y en la medida de lo posible, hazlo bien la primera vez. Lo que haya que resolver, resuélvelo. En lugar de enredarte en justificaciones explicando por qué no a través de una larga lista de excusas, concéntrate en que si, en concretar, en resolver. Conviértete en una fuente de soluciones, no en un explicador crónico. Enfócate en ser efectivo, rápido, eficiente, útil. Y hazlo con una sonrisa, amable y paciente. Serás valorado por tu entorno, si, pero eso no es lo más importante. Lo realmente importante será que te sentirás bien contigo mismo, mientras transitas el camino a la excelencia.
Gabriel Sandler