¿Cuántas veces nos hemos reprochado el no haber hecho o comenzado antes, tareas que sabíamos eran importantes y teníamos que hacer? ¿Cuántas veces hemos estado molestos con nosotros mismos, porque a causa de nuestra pereza ahora tenemos que hacer las cosas apurados a último momento y con un estrés que nos hace doler el estómago o nos hace sentir que quisiéramos llorar? Pues esa dejadez, por la que casi inadvertidamente vamos dejando las cosas cada vez más atrás en nuestra agenda, tiene un nombre, se llama procrastinación. La procrastinación es la evasión de hacer tareas o actividades que necesitan ser atendidas. Es postergar es el hábito de dejar para mañana o después las cosas.
A continuación 7 pasos para dejar el hábito de la demora:
1. Desarrolla tus valores personales.
Tomate algo de tiempo para determinar lo que realmente quieres lograr en tu vida, hazte las siguientes preguntas para que te orientes en lo que estas buscando, ¿quieres más tiempo para ti? ¿Más dinero, salud, elevar tu autoestima o tu confianza en ti mismo? ¿Lograr buenas relaciones? ¿Obtener tu carrera? ¿Crear tu propia empresa?
Cuando encuentres una respuesta, es porque durante mucho tiempo estuviste aplazando tus verdaderos intereses. Puede ser por miedo a nuestras propias habilidades o miedo a hacer el ridículo frente a los demás.
2. Vizualiza tu vida sin retrasos.
Observa y siente los beneficios de cómo sería tu vida si no retrasaras las cosas que tienes que realizar. Piensa ¿Qué es lo que quieres hacer y obtener con este cambio? Empieza a actuar como si no tuvieras esa actitud de demora en tus decisiones. Escribe o dibuja tu vida como si la estuvieras viendo en una película donde realizas todo lo que quieres lograr para ti. Utiliza las frases afirmativas para que tu mente cambie su forma de pensar.
3. Asume mayor compromiso contigo mismo.
Decir siempre “si” a todo lo que te proponen los demás, muchas veces te provoca mucho cansancio y te quita tu energía, no te permite centrarte en lo que realmente tiene importancia en tu vida, que es lograr lo que deseas. Aprende a diferenciar cuales son las situaciones, en las cuales deberías decir “no” para resguardar tus energías. Esto te permitirá mejorar tu concentración y motivación hacia ti mismo.
4. Establece tus metas personales y profesionales.
Es muy difícil auto motivarse, cuando no se tiene en claro lo que uno quiere lograr. Así que cuando determines tus metas, haz dos listas, una con tus metas a corto plazo y otra, con las de largo plazo. Establece una técnica para concretarlas, que incluya una estrategia inteligente, donde establezcas el tiempo que te demandara cada una de estas listas, para que dispongas cuales son las prioridades más urgentes.
5. Dale prioridad a tus objetivos.
Desarrolla un plan o un programa para que te ayude a acercarte a tus metas. Al realizarlo, identifica que elementos deben incluirse, mejorarse o eliminarlo. Debes ser flexible, revisa periódicamente tus objetivos, modifícalos o abandona lo que consideres que no te acerca a tu objetivo. Porque un objetivo este escrito, no significa que no se pueda cambiar, no es una piedra.
6. Divide y vencerás.
Una vez que hayas establecido tus prioridades dentro de tus objetivos, divídelos como en pequeñas partes, porque muchas veces, aplazamos un proyecto porque es muy importante y nos sentimos abrumados, tenemos miedo, nos paralizamos, no sabemos por dónde empezar. Entonces, no debemos comenzar con todos al mismo tiempo, hay que enfocarse en un proyecto a la vez, sobre todo cuando son grandes, hay que dar un paso tras otro, darlos con seguridad.
7. Decide realizarlo ahora.
No pongas excusas. No esperes a decir “no estoy de ánimo”. El humor nunca aparece cuando tenemos que cambiar las cosas importantes. La mente siempre camufla con inteligencia nuestro desanimo y toma una estrategia dilatoria. Lo que resiste, persiste! No te olvides de esto.
Comienza con las cosas que te pueden resultar más fáciles, para que el éxito en esas tareas te den las fuerzas para seguir con los planes más largos. Esto te dará la energía y la motivación para mejorarte y asumir proyectos mucho más importantes.
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