La verdadera potencia comprensiva del Zodíaco se aprecia cuando lo abarcamos como una totalidad y lo conectamos con el sistema de Casas (el Zodíaco aplicado a las Casas es lo que llamamos “Esquema Zodiacal”); no cuando, como nos tiene tan entrenados la cultura dominante, lo desmenuzamos en meros “Signos”, una suerte de porciones de pizza.
De “holismo” y de “totalidad”, se habla mucho, pero se avanza poco; el holismo suele ser sólo una apelación retórica. No caeremos aquí en eso, vamos a tratar de mostrar, a través de la interpretación de una película, las consecuencias utilísimas de lo que significa una comprensión global –o sincrónica- del Zodíaco.
La visión global del Zodíaco aplicado a las Casas revela una estructura que se abre en dos caminos posibles. En otros trabajos hemos llamado a esos dos caminos:
“Circuito Chico” y “Circuito Grande”, y su aplicación nos ha dado resultados sorprendentes no sólo en el estudio de Cartas Natales, sino también en la interpretación de obras de narrativa, ya sea literarias o cinematográficas.
Lo que llamamos “Circuito Chico” del Esquema Zodiacal, es la tendencia espontánea a funcionar dentro del condicionamiento, es decir, de la repetición del círculo del deseo primario.
A su vez, lo que llamamos “Circuito Grande”, es el conciente y deliberado direccionamiento del impulso vital hacia la liberación del condicionamiento, y hacia la plena realización de las propias potencialidades.
El Circuito Grande corresponde a lo que se puede llamar “vida plenamente realizada”, “trabajo espiritual”, “desarrollo personal”, etc. El Circuito Chico, en cambio, corresponde a lo que podríamos denominar “vida de todos los días”, “forma habitual de vivir”, etc.
Si bien hay una estructura general del condicionamiento, ésta se puede abrir en 12 variantes, coincidiendo cada una de ellas con un diferente Esquema Zodiacal, según cuál sea el Signo que hagamos corresponder con el Ascendente o Casa 1. Hay, pues, 12 combinaciones únicas de Casas y Signos. Y a esas combinaciones las llamamos “Esquemas Zodiacales”.
Cada Esquema tiene dos “cualidades” rectoras: la del Signo del Ascendente y la del Signo de la Casa II.
El Circuito Chico de cada Esquema Zodiacal surge del hecho inevitable de que el impulso vital, cualificado por el Signo del Ascendente, se encamina espontáneamente (como a su objeto de deseo) hacia la cualidad del Signo de la Casa 4. Por ejemplo: en el Circuito Chico del Esquema Zodiacal de Aries el impulso vital, cualificado por Aries, se encamina hacia Cáncer; en el de Tauro, hacia Leo, y así sucesivamente. Esa tendencia inercial, automática, hace que el Esquema Zodiacal completo (las 12 Casas) funcione muy por debajo de sus verdaderas posibilidades.
Para que estas posibilidades altas se hagan realidad, es necesario llevar voluntariamente la energía del Ascendente hacia la cualidad del Signo de la Casa 7. En el ejemplos anteriores: hacia Libra y hacia Escorpio respectivamente.
Las grandes obras de la narrativa, sean textos o films, exponen esta opción que enfrentamos todos los seres humanos entre el deseo (búsqueda centrada en la cualidad de la Casa 4) y la voluntad (búsqueda centrada en la cualidad de la Casa VII); en otras palabras: entre la repetición y la evolución.
De modo que el Zodíaco, entendido de esta manera, permite interpretar el nervio central de esas obras de arte.
Cuanto más ricamente, cuanto más imaginativamente esté planteada esta disyuntiva, más nos conmueve la obra. Algunos films plantean sólo la línea del deseo o Circuito Chico (por ejemplo, Psicho, de Hitchcok), otros exponen ambas (French kiss, de Kasdan; The Truman Show, de Peter Weir; Matrix, de los hermanos Wachowsky; etc.). La maestría en plantear esta problemática es lo que eleva una película o una obra literaria a obra de arte.
La calidad artística de la obra está dada por la capacidad que tenga el autor para exponer esta problemática, pero sin tematizarla, sin explícitarla. Es decir, si bien todo el tiempo se está hablando de esta disyuntiva humana que esbozamos más arriba, el artista (a diferencia del intérprete) tiene que poder plantearla por medio de metáforas, de imágenes, “contando historias”. Esto es: veladamente.
Este “velo” no es un capricho o una arbitrariedad, sino una absoluta, ineludible necesidad de la obra para poder ser obra de arte y no, meramente, un ensayo. De allí que la obra de arte no puede no ser simbólica. Esa diferencia entre el símbolo y aquello a éste alude es el tormento y, a la vez, el alimento del artista.
En cambio el intérprete hace el camino inverso, “levanta la falda” de la obra de arte, pone en evidencia al símbolo para que se pueda ver la trama a que éste alude, y así poder gozar, no sólo ingenuamente, de su belleza.
En esta tarea algo impúdica de interpretar es que el Zodíaco nos presta un servicio inestimable.
Para ejemplificar la fertilidad del método de interpretación que proponemos vamos a poner como ejemplo la película “Matrix I”. Damos por hecho que los que leen este artículo la han visto y la recuerdan.
Nosotros afirmamos que Matrix responde a la estructura del Esquema Zodiacal de Escorpio (o sea: aquél que tiene a Escorpio en el Ascendente (consultar el diagrama correspondiente en este artículo).
Eso significa que Escorpio aporta una de las dos cualidades principales de este Esquema Zodiacal; la otra es Sagitario, en la Casa 2.
A la combinación Asc. / Escorpio la podemos caracterizar como un querer (Asc.) ir más allá de los propios límites (Escorpio). Como un estar lanzado (Asc.) a lo desconocido (Escorpio). Pero ambas cosas pueden significar también: morir, y es en este sentido que las interpreta infaliblemente aquél que tiene el Ascendente en Escorpio (aunque no se lo pueda confesar).
La otra cualidad básica: Sagitario en la Casa 2, significa que en ese estar lanzado a lo desconocido se debe confiar en el sostén que proporciona (Casa 2) la tendencia a mejorar que tiene la vida (Sagitario), dejándose llevar por la corriente colectiva. Sin este sostén, el destino de Escorpio parece trágico: simplemente desaparecer en la nada, tragado por el tiempo.
Pero el impulso escorpiano, no podrá evitar desconfiar de esa tendencia a mejorar; no podrá dejarse sostener por ella; antes bien, inevitablemente temerá morir, si se entrega a la corriente evolutiva de la vida. Sentirá que la vida lo va a dejar atrás.
Por tanto, va a intentar resguardarse (Casa 4) en la cualidad de Acuario, que juzgará su carta de salvación. ¿Por qué? Porque verá en Acuario la “eternidad”, la “no muerte”, a la vez que la “pureza” que lo salvará de la corrupción y, finalmente, de la desaparición. Esta tendencia es lo que define el Circuito Chico de Escorpio.
Más sencillo: tener el Ascendente en Escorpio significa estar lanzado a la muerte; esto da pánico, pero es incontestable. Solución: refugiarse en Acuario y tratar de controlar la evolución. Si hay un mejoramiento, seamos los autores de tal cosa, seamos los que lo producen; de lo contrario, el mismo mejoramiento podría dejarnos en el camino.
Nuevamente: querer (Casa 1) ir más allá de los propios límites (Escorpio) manteniéndose (Casa 4) como no-muerto (Acuario). Escorpio del Circuito Chico quiere nada menos que no morir, perdurar (Casa 4) eternamente (Acuario). De allí la imagen prototípica del vampiro, que caracteriza con justeza la forma primaria de este Ascendente.
ara esta forma de vivir este Esquema Zodiacal, Acuario significa un apetecido modo de existir separado de la “sucia” vida de los “simples mortales”. Visto idealizadamente, como tiende a verlo quien está en la piel de este Esquema Zodiacal, sería algo así como permanecer (Casa 4) puro (Acuario), sin contaminarse con este mundo corruptible (mortal). “You smell” (= “Hueles mal”), le dice con repugnancia el agente Smith a Morpheus.
Por cierto que esta pretensión, repito: inevitable, de Escorpio, de controlar la evolución (Sagitario en Casa 2) lo llevará “naturalmente” a querer manejar la vida y absorberle su energía vital.
Una de las facetas más interesantes de este movimiento consiste en que incluso se disfrazará con las mejores intenciones. (“Ustedes –los humanos corrientes- son como un virus para la Tierra”, le dice Smith a Morpheus, “y nosotros sólo estamos tratando de extirparlo”). Los Smith se presentan como “sanadores”, “terapeutas”, ironicos protectores de la Tierra (Cáncer en la Casa 5). En el mismo sentido va el nombre –la identidad- de la máquina: “Matrix” (sugiere “madre”; pero es “matriz”, o sea: molde, repetición, copia).
Pero además, la matrix, a través de los Smith, se presenta como promotora, incluso autora, de “la evolución”. “Evolución, Sr. Anderson, evolución”, repite Smith a Neo cuando éste es atrapado. Ella es, supuestamente, la realizadora de la evolución. Se ve claramente el status sometido de Sagitario en la Casa 2.
Estos pocos indicios ya nos dicen que la película está planteando de entrada una situación que corresponde al Circuito Chico de Escorpio. La protagonista, de esta forma de darse el Esquema Zodiacal de Escorpio es la propia Matrix, la máquina, y los elementos aparecidos hasta ahora son los siguientes:
Casa 1 (ASC.) en Escorpio: encarnado por la Matrix, la protagonista principal, que se apodera de la Tierra y de sus formas de vida –en especial, de los humanos-.
Casa 2 en Sagitario: la evolución queda sometida a la pretensión de control de la Matrix.
Casa 4 en Acuario: la Matrix tiene un deseo de inmortalidad, quiere mantenerse viva, no morir; pero –como es una máquina, depende para sobrevivir de alguna fuente de energía externa- para hacerlo debe absorber la energía de seres realmente vivos: los humanos, de quienes obtiene energía eléctrica.
Nos quedó en el tintero la Casa 3. En el Circuito Chico, la Casa 3 funciona como los medios o el modo en que el impulso de la Casa 1, somete a la “materia” de la Casa 2. La Casa 3 está en Capricornio, que, a nuestro juicio debe interpretarse aquí como un adjetivo o un adverbio: “maquinalmente”, o sea: con la aplastante lógica de una máquina que se ha fijado un objetivo y no tiene más que cumplirlo.
Mencionamos también al pasar la Casa 7, que en este Esquema Zodiacal está en Tauro.
La Casa 7 es un punto clave en el giro que se puede dar entre el funcionamiento del Circuito Chico y el del Circuito Grande. Concretamente: si la energía de la Casa 1 se agota en el aseguramiento de la cualidad de la Casa 4, estamos en el C. Chico; pero si se endereza hacia la Casa 7 comenzamos a circular en el Circuito Grande.
Mientras este redireccionamiento no se realiza, la Casa 7 funciona un “otro” que el deseo reduce a la cualidad de la Casa 4. En nuestro caso: el impulso Escorpiano, somete a Tauro hasta reducirlo a alguna forma de Acuario que pueda absorber. En Matrix esta reducción es explícita: la Matrix toma los meros cuerpos humanos (Tauro); pero le interesa de ellos su energía eléctrica (Acuario).
La Casa 7 en Tauro es, pues, el otro como mero cuerpo, como cuerpo sin alma o sin mente. La manipulación de la mente de ese otro, se da aquí de una manera extrema, al hacerle vivir una existencia virtual.
Igualmente, cuando Neo es liberado, lo primero que debe hacer es recuperar el uso de su cuerpo, asumir que tiene cuerpo, con lo cual recupera, a su vez, el dominio de su alma.
En el Circuito Grande, la Casa 1 en Escorpio está representada por Neo, no por la Matrix. La contraposición C. Chico – C. Grande, equivale en la ficción a la contraposición entre la Matrix y Neo.
Pero volvamos a la lógica del C. Chico, es decir, al dominio de la Matrix. Mientras esto suceda todas las Casas del Esquema Zodiacal van a funcionar de una manera primaria, deficiente, que no desarrolla sus posibilidades más altas. Veamos que sucede con las otras Casas y de qué modo aparece esto en la película.
La Casa 5 representa la forma de la identidad, es decir: la capacidad de expresión que tiene un individuo; pero si estamos en el C. Ch. se tratará de una forma inauténtica. Esto es lo que pasa con esa existencia virtual que tienen todos los humanos la situación de sometimiento a la Matrix. Lo que viven es lo que el sistema les infunde a través de un circuito electrónico controlado desde otro lugar. Es pura imagen insustancial. Una existencia ciento por ciento inauténtica.
Los humanos viven, de tal modo, una existencia basada en parámetros mamíferos, es decir, determinada completamente por los apetitos mamíferos. Esto se aprecia muy claramente en la película en la escena en que Smith habla con el traidor Cíber. La Matrix lo compra con meros placeres virtuales, con la sensación placentera; esto es: apelando al puro deseo mamífero. Cíber se vende porque quiere “saborear” un bife; sabe que es mentira; pero sucumbe al hedonismo de maya.
Por otra parte, está aquí muy clara la naturaleza inauténtica –maya- de toda la trama virtual que produce la Matrix para no morir y controlar la vida.
También la Casa 5 es fundamental en el tránsito del C. Ch. al C. Gde., pues ella simboliza el despertar, la salida del “huevo” psíquico, un verdadero parto psiquico.
En la película, este tránsito, centrado en la Casa 5 está representado por la terrorífica desconexión de la Matrix, y el despertar en el enjambre de huevos donde vegetan todos los humanos.
Ese proceso implica también la caída en una suerte de sumidero o cloaca de desechos humanos, símbolo inconfundible de que Neo tiene Ascendente en Escorpio.
A partir de allí el sobrenombre clandestino de “Mr. Anderson” –“el que ha nacido abajo”, es decir: sometido-, pasa a ser su verdadero nombre: Neo, “el que ha nacido de nuevo”. El protagonista del C. Gde. asume su Casa 5 genuina. Y la batalla entre Neo y la Matrix pasa a ser, entonces, la disyuntiva entre C. Chico y C. Gde.
Por otra parte, esta disyuntiva aparece muy claramente en la metáfora de las dos pastillas que Morpheus le ofrece. Indicando de ese modo que este camino ha de ser elegido, decidido concientemente; que no se trata de un proceso debido a la gracia divina, o a la casualidad.
Y por último, se ve también una referencia a la Casa 5 en el nombre “Morpheus”, el dormir. Dado que toda la existencia de Anderson es un sueño, un sueño inauténtico, insuflado en su mente, no es extraño que la verdad le venga a Anderson a través del “sueño”. Si la vida supuestamente despierta es una mentira, el sueño, por mera polaridad, es el lugar de la verdad. Y es precisamente el sueño o el dormir –Morpheus-, quien lo ayuda a despertarse.
Para lograr conectarse consigo mismo gracias al “sueño” y con su cuerpo a partir de ese “despertar” a que lo lleva el sueño, Neo deberá contactar, al menos un poco, con la cualidad de su Casa 12, que, para todo Ascendente Escorpio, es Libra. Contactar con la Casa 12 es siempre contactar con el tipo de cualidad a través del cual se experimenta el alma. Para Escorpio el alma tiene la cualidad de Libra, es decir: del amor. O, más extensamente: de la capacidad de aceptar al diferente.
Esta necesidad está planteada en la película desde el comienzo: Trinity le pide que la siga, que confíe en ella. Trinity es el rostro del amor para Neo.
¿Por qué “Trinity”, es decir: “Trinidad”?
Este es un elemento central del film. Si Escorpio se olvida del amor –y del alma-, si pierde contacto con el otro y consigo mismo como alma, es porque tiende a reducirse a un modo cerradamente binario de pensar. Un modo binario, es un modo que excluye toda tercera posibilidad, confinando al pensamiento a elegir entre uno u otro polo de cualquier oposición.
Pero la superioridad de Escorpio consiste en que asume todas las consecuencias de la excluyente binariedad. Esto significa que no se apega a este o aquel polo de la oposición, sino que, asumiendo que una de las dos tiene que vencer, elige sencillamente la que vence. Más aún, hace pelear a los otros para aprovecharse en su beneficio de la lucha ajena. El secreto es que no se apega, no tiene bando propio.
Por eso bien puede decirse que Escorpio tiene “sangre fría”, como la mayoría de los reptiles. En la película este rasgo maquinal está más que resaltado debido al hecho de que se trata de una megacomputadora. La computadora, al funcionar sobre la base de circuitos eléctricos, es necesariamente binaria. La Matrix simplemente ha tomado conciencia de sí sin atravesar el plano mamífero, lo cual le da una superioridad notable sobre los humanos, que trabajosamente tienen que lidiar con su componente mamífero, lo que los lleva a polarizarse.
Pero la superioridad de la Matrix es también su debilidad; ya que no tiene ninguna posibilidad de ir más allá de su naturaleza maquinalmente reptil. Neo, en cambio, tiene la posibilidad de elevarse al plano propiamente humano, superador no sólo del reptil, sino también del mamífero.
La posibilidad del humano depende del acceso a un tipo de pensamiento trinario, esto es: que afirme los dos polos de cualquier oposición, asumiendo la contradicción que ello implica, sin desordenarse. Para eso, es necesario elevarse en dirección vertical separándose del plano. Dicho de otro modo: pasar del plano al volumen. La necesidad del tres puede verse claramente si se piensa en la estructura de la balanza de dos platillos. Para que éstos puedan estar en equilibrio y para que su misma función pueda ejercerse, se hace necesario un tercer punto que sostenga desde arriba los platillos: el llamado fiel de la balanza. Los dos platillos más el fiel, son los tres elementos que configuran Libra (es decir: La Balanza).
Para eso, Neo tiene que recuperar su posibilidad de ser humano por medio del amor (Libra) por Trinity, la trinariedad.
Una bella y espectacular confirmación de esta interpretación se da en la escena del helicóptero en que Neo y Trínity rescatan a Morpheus de las garras de Smith. Toda la tensión dramática que culmina en esta escena espectacular se basa en el dilema de Neo acerca de si salvar o no a Morpheus. En ese di-lema está la trampa del pensar binario que Neo tiene que superar. Tiene que transformar el dilema en trilema, uniéndose con Morpheus y no excluyéndose. Todo parece indicar que, si el es “el Elegido”, no tiene que salvar a Morpheus poniendo en riesgo su destino, de los dos, sólo uno tiene que salvarse y él es el elegido, precisamente.
Neo duda; pero finalmente va a salvarlo.
La escena clave es aquella en que Neo y Morpheus saltan simultáneamente al vacío, encontrándose en el aire y son sostenidos entonces desde arriba por Trínity. Todo lo dicho más arriba está expuesto en estas escenas de manera plástica y emocionante. Ese triángulo con Trínity en el vértice superior y Neo y Morpheus en los vértices de la base es una síntesis de todo lo que expone la película, constituyendo, a mi juicio la escena más brillante del film.
Pero para todo eso, previamente, Neo tiene que aceptar el riesgo de ir más allá de sus propios límites (esencia del desafío de Escorpio), y esta aceptación se le hace posible gracias a la atracción de Trínity.
Cuando conecta con la Casa 12 cualquier Ascendente recobra la posibilidad de transformarse en un receptor de los mensajes de los dioses, o, dicho de otro modo: de escuchar la fuente del propio y auténtico modo de ser. La cualidad de dicha fuente originaria, para el Ascendente Escorpio, es Virgo.
¿Qué significa que la fuente de Escorpio sea Virgo? Esto significa que todo lo que Escorpio hace en el periplo completo de su destino, en su vida manifiesta, no es ni más ni menos que la realización explícita de lo que es Virgo.
Y ¿qué es Virgo? Virgo es la metamorfosis, la profunda transformación que lleva a salir de una vida signada por la polaridad a una vida íntegra y abierta. Virgo es el camino de la oscuridad hacia la luz, el camino del dos al tres. Virgo (La Virgen), simboliza las condiciones que hacen posible el nacimiento de humano en el seno del mamífero. O, míticamente: las condiciones del nacimiento del Cristo en la confluencia de cada uno de nosotros con nuestros semejantes.
La película narra los sucesivos pasos de esta metamorfosis que lleva a “Ander-son”: el hijo de abajo, hasta Neo: el nuevo (hombre), acompañado por Trinity, el pensar trinario, doblemente afirmativo.
Entonces, siendo Virgo la cualidad de la energía básica que deriva de la fuente originante para Escorpio, queda clara la índole del héroe que vamos a encarar en la película: es el que experimenta una real transformación que lo deja a las puertas de otro nivel de existencia.
Si pensamos en el Circuito Grande de Escorpio, en la forma alta de esta cualidad de la energía, ya no podemos entonces quedar atrapados en Acuario, como le pasa a la Matrix, y como le pasa al propio Neo en su existencia virtual: recordemos que Neo es un oscuro empleado de una empresa que fabrica programas de computación (sófuer) y además es un espía de la red informática (jáquer), actividades ambas relacionadas íntimamente con la cualidad de Acuario; pero, si Neo se libera de esa existencia ficticia ¿qué forma tomará Acuario en la Casa IV?
Sin duda comienza a funcionar como la base grupal que sostiene su acción y le sirve de trampolín. Y también funcionará como el piso de autenticidad que se requiere para hacer este camino.
Bien afirmado en un grupo de claras individualidades culturalmente diferenciadas (Acuario), pero unidos en su trabajo de nutrición del héroe (Casa IV); conducido por Morpheus (Piscis en la Casa V); sostenido en la fe en sí mismo y en los otros humanos (Sagitario en la Casa II); y conectado amorosamente con Trinity (Libra en la Casa XII); habiendo recobrado su cuerpo (Tauro) y su vitalidad (Aries en Casa VI) a partir del cuidado amoroso de Trinity (Casa VII); Neo está en condiciones de enfrentarse con la Matrix.
Una faceta básica del conflicto debe darse en el plano virtual, es decir en el plano de la mente y la imaginación. Esto puede apreciarse en el hecho de que la Casa 8 está en Géminis: el control de la Matrix se ejerce en la mente. Pero, en la medida en que la acción se mantenga en el plano mental nuestros héroes no tendrán posibilidades de triunfar, ya que el triunfo, aquí, es en verdad una derrota, al dejar todo anclado en la binariedad.
En este plano binario de la mente todos los personajes están fusionados, comparten una misma ilusión, un mismo “velo de Maya” bajo el control de la Matrix.
Ahora bien, nuestros héroes han conseguido la capacidad de entrar y salir a voluntad del mundo ilusorio, sustrayéndose así al control mental de la Matrix y planteando entonces la batalla en un plano más real, en el que, sin embargo, están en una dramática inferioridad de condiciones.
Cuando cada héroe recobra su cuerpo, la naturaleza de Acuario y de la Casa 4 cambian radicalmente: ya no es el deseo (Casa 1) de separación o “pureza” (Acuario) espoleado por la repugnancia (Casa 7 como proyección) al cuerpo (Tauro) lo que guía la acción; sino que la cohesión (Casa 4) del grupo (Acuario); el sentir que se forma parte (Casa 4) de un grupo de semejantes diferentes (Acuario) da ahora el piso seguro sobre el que apoyarse (Casa 4) para emprender la aventura de lo desconocido.
Del Circuito Chico han pasado al intento del Circuito Grande.
Tampoco vamos a desarrollar aquí, por razones de espacio, los pormenores de este cambio y cómo cada Signo en cada Casa, vistos como Circuito Grande, muestra una faceta del camino del héroe (=Circuito Grande), que se reproduce simbólicamente en la película. Baste por ahora esta somera interpretación de la línea básica del film para mostrar la fertilidad comprensiva del Zodíaco cuando se lo ve como un todo.
Como puede verse no se trata de vagas caracterologías de los personajes, ni de símbolos dispersos reunidos con “la gotita”, sino de una estructura de gran belleza y sabiduría. Los artistas, conozcan o no el Zodíaco, se conectan con esa estructura y su genio consiste en hallar las metáforas, los símbolos, que la muestren ocultándola, que la insinúen sin explicitarla. Explicitarla es tarea del intérprete. Y en ese juego entre artista e interprete se juega la vida misma de un humano verdadero.
Jorge Bosia
por gerundio Hoy a las 11:56
