Constantemente estamos pensando, aún cuando no somos conscientes de ello. Es nuestro subconsciente el que envía los mensajes automáticos a nuestro cuerpo y al Universo, el que regula la Ley de Atracción
Estos mensajes configuran nuestro paradigma, o sea, nuestra forma de ver el mundo. Los mismos se graban todo el tiempo, pero los psicólogos consideran que tuvieron mayor impacto en nuestra infancia con los mensajes que nos llegaron de personas relevantes para nosotros tales como padres, hermanos, educadores, compañeros, etc.
También existen estudios que sugieren que existen mensajes que se graban estando dentro del vientre materno, ya sea por los sonidos o movimientos que perciba el bebé como por los sentimientos que experimenta la madre.
Pero no todo termina allí. También se habla de la memoria transgeneracional, que es la que proviene de nuestra familia: padres, abuelos, bisabuelos…
Y aún hay más. Desde lo metafísico, se cree en las memorias de vidas pasadas y la física cuántica hoy apunta hacia la consciencia colectiva, es decir, hacia esa información que es compartida entre todos nosotros a través de una red invisible. De esta forma, también poseeríamos memorias de otras personas.
Como se puede ver, el origen de los mensajes del subconsciente es un enorme terreno de estudio. En este artículo simplemente nos abocaremos a las diferentes técnicas que existen para grabar nuevos mensajes en nuestro subconsciente.
Hacerlo con constancia dejará trabajando en automático tu mente para atraer lo que realmente deseas a tu vida.
Visualiza tu Día
Visualizar estimula el hemisferio derecho del cerebro, que es el creativo. Al crear, nuestro subconsciente está recibiendo toda esa información y, como no ejerce juicio alguno sobre la verosimilitud, la está tomando como real.
Lo que visualices en tu mente será, para tu cerebro, exactamente igual que si lo estuvieses haciendo. Estás entrando en el terreno de la materialización.
Por lo tanto, al despertarte, tómate un tiempo para crear en tu mente todo lo que vas a hacer en el día. Visualiza en tiempo presente, como si estuviese ocurriendo ahora. Visualiza cada acción, cada sensación, cada detalle; trata de sentir la máxima emoción positiva posible.
Visualizar no necesariamente tiene que ser ver una imagen nítida como cuando miramos la televisión. Visualizar es tener la idea en la mente. Para muchos esa idea puede ser una foto fugaz y borrosa, para otros una imagen bien definida, o tal vez un sonido… depende mucho de cada persona. Tal como te sale es lo correcto y es perfecto para ti.
Puede ser que antiguos “programas” (creencias) de nuestra mente ejerzan resistencia diciéndonos que eso que estamos pensando no es posible de llevar a cabo.
Si esto ocurre, deja fluir ese pensamiento, no quieras detenerlo. Recuerda: “lo que resistes, persiste”. Reconócelo como una vieja creencia que actualmente no quiere cambiar, pero que con el tiempo y tu desatención la misma se irá borrando a medida que se creen nuevas redes neuronales.