¿Cómo tener paciencia? Dar por hecho que no se posee una virtud como la paciencia y renunciar a tener contacto con otras personas que no responden de la misma forma que nosotros, no es una buena opción, porque se limita la capacidad de desarrollarla.
“La paciencia es en sí una virtud que nos obliga a ser empáticos con quienes nos rodean, comprenderlos y entender al mismo tiempo que cada uno de nosotros podemos tener fortalezas y debilidades.
“Por tanto no somos únicamente los encargados de ser pacientes con los demás, pues habrá alguna rama en la que también nos toque estar del otro lado, lo cual es una oportunidad para reconocernos como individuos imperfectos, pero sí capaces de trabajar en sí mismos para mejorar”, explica el psicólogo Hans Olvera, catedrático de la Universidad Iberoamericana.
Asumir que esta tarea es exclusiva de seres especiales, es quizá un pretexto para justificar la razón por la que no se intenta encarar aquellas situaciones que representan un esfuerzo mayor, y al mismo tiempo refrendar la idea de que la falla siempre estará en los demás, lo que se traduce en no aceptar las propias carencias.
La propuesta del especialista para poner en práctica la paciencia es entender en primera instancia que todos somos seres con habilidades distintas y que habrá algunos ámbitos que se requiera de mayor apoyo que en otros.
En tanto, lo que corresponde a uno mismo también es necesario detectar si realmente se tiene claro lo que se requiere y el objetivo de la tarea que se encomienda, pues un principio de poder transmitir con exactitud las instrucciones es saber qué resultado es el que se espera obtener.
“También es preciso tener presente que existirán ocasiones en las que nos cueste más trabajo comunicarnos con los demás, pero eso no nos debe hacer perder la calma, porque lo único que lograremos es que nuestro interlocutor entre en un estado de inquietud que le hará más difícil comprender el mensaje.
“En la medida en que tengamos la disposición de explicar las veces que sea necesario con calma y cordialidad, crearemos un ambiente de confianza que facilitará el diálogo”, afirma el psicólogo.
Tampoco hay que dejar de lado el respeto que se le debe a cualquier persona y que sin importar cuán impaciente sea cada uno, es preciso cuidar las palabras y los modos con que se dirige a los demás. Y tú, ¿eres paciente?
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