¿Sabías que nuestro cerebro necesita distintos nutrientes en diferentes horas del día? ¿Y que dependiendo de nuestra actividad, un cierto nutriente nos ayudará más que otro?
El cerebro es el órgano más activo del cuerpo, consume el 20% de la energía total, que éste produce en estado de reposo. Siempre está hambriento. Segundo a segundo, minuto a minuto y hora tras hora, devora vorazmente proteínas, grasas, hidratos de carbono, vitaminas y minerales. Lo que sucede, es que los necesita imperiosamente para cumplir con sus tareas de aprender, reaccionar, emocionarse, sentir y recordar.
Los aminoácidos son de vital importancia en la actividad cerebral. Los aminoácidos son como los ladrillos de una pared, son las unidades de las estructuras de las proteínas. Es decir que las proteínas están formadas por cadenas de aminoácidos que se entrelazan uno con otro. Contienen carbono, hidrógeno y nitrógeno. Existen dos tipos de aminoácidos: los esenciales y los no esenciales. La ausencia de los primeros impide la formación de la proteína y por lo tanto el tejido no puede mantenerlo. Cuando ingerimos proteína ya sea de orígen vegetal o animal debemos cuidar que contenga todos los aminoácidos esenciales.
Si se ha comido una porción de pescado con entrada de ensalada y fruta de postre, las proteínas del pescado pasarán por el estómago hacia los intestinos, dónde serán transformadas en sus componentes básicos: los AMINOÁCIDOS, que luego serán absorbidos hacia la sangre. El torrente sanguíneo los hará llegar al cerebro, en una carrera contra el tiempo. ¿Por qué la prisa? Pues para los aminoácidos, nuestro cerebro es un club sumamente selectivo. Cuando les abre sus puertas, sólo tendrán acceso los que hayan logrado ubicarse en los primeros lugares.
El cerebro requiere de dos aminoácidos que son los principales que buscan llegar uno primero que el otro: la Tirosina y el Triptófano
1. La Tirosina (de las proteínas) es utilizada por el cerebro, para elaborar dos neurotransmisores de gran importancia: la DOPAMINA y la ADRENALINA. Estos dos emisarios químicos tienen como misión fundamental, el mantenernos en estado de alerta y control, además de ayudarnos a reaccionar a gran velocidad.
2. El Triptófano, (de los carbohidrátos) es utilizado para la formación de la SEROTONINA, un neurotransmisor que tiene la función de provocar somnolencia y limitar la capacidad de control y concentración.
La Tirosina será la encargada de animarnos, motivarnos y estar activos y alegres, mientras que el Triptófano en cambio , nos indica que es hora de descansar, desconectarse física y mentalmente para dar paso al reposo.
El secreto para que el Triptófano cumpla con su función, es que esté acompañado de la vitamina B6, que se encuentra en ciertos alimentos, que conviene incluir en la dieta, como son las bananas, los porotos, los cereales integrales, la mayoría de los vegetales, la soya, etc.. La dosis mínima de la vitamina B6 es de 2mg. y la dosis máxima 20 mg
Si la Tirosina llega primero, estimulará la producción de los dos neurotransmisores que actúan aumentando el rendimiento intelectual. En consecuencia, el nivel de actividad mental será más elevado. Pero si el que se anticipa es el Triptófano, el rendimiento bajará y el cerebro estará más preparado para dormir que para realizar tareas
Si desea beneficiarse con los efectos de la Tirosina, es aconsejable comenzar la comida con una porción de proteínas de aproximadamente 100 gr., en cualquiera de sus variantes (carne de vaca, de ave, de pescado, soya, etc.)
Las proteínas, por lo general, contienen una proporción considerable de Tirosina, y una mucho más pequeña de Triptófano, lo cuál repercute en que la Tirosina llegue al cerebro antes que el triptofáno.
Para que el resultado sea a la inversa, se necesita de la ayuda de los hidratos de carbono, o carbohidraos, que deberán ser ingeridos antes que la carne, en una cantidad aproximada de 45 gr.
La conclusión es:
Si deseamos estar alerta, debemos consumir una comida activadora que inicie con proteínas (Carne, pescado, soya, tofu, mariscos)y por lo contrario, si deseamos relajarsnos, debemos elegir alimentos depresores, en la que los hidratos de carbono (panes, pastas, arroz, trigo, maiz, harinas, papas) constituyan nuestro primer plato. En términos generales, es recomendable adoptar la dieta activadora durante el día, y al revés, la depresora a la noche, para lograr un buen rendimiento mental diurno y un sueño reparador por la noche.
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