¿Aprender o morir?

¿Aprender o morir?

¿Eres de los que ya lo han hecho todo o de los que aún les queda mucho por hacer? La actitud del eterno aprendiz puede ser la mejor forma de vivir la vida.

Ayer hablaba con una amiga precisamente de esto, ambas pensamos que en la vida hay mucho que aprender y que, pese a aquellos que piensan que ya lo saben todo, nosotras queremos continuar nuestro aprendizaje con el paso de los años. ¿Has pensado en todo lo que te queda por hacer en la vida? Seguramente sí. Y es que en la vida, siempre tenemos que elegir, que seleccionar nuestras actividades, por falta de tiempo. Lamentablemente, no podemos abarcar todo lo que nos gustaría aprender, estudiar, conocer y saber, por eso, siempre nos vemos obligados a priorizar, pues es imposible abarcar todo lo que nos gustaría.

Sin embargo, también existe lo contrario, las personas que piensan que ya lo saben todo. Yo conocí a un hombre que cada vez que ponían una película en televisión, decía que ya la había visto, aunque fuese nueva, y él no solía ir nunca al cine. Casos como este, lamentablemente hay muchos. Se trata de una actitud ante la vida que indica una carencia visible de curiosidad, de aliento y de afán de descubrimiento. Esta actitud muestra claramente un cansancio muy común en las personas que han vivido conformándose, asumiendo que no podían cambiar lo que les había tocado, y cuando llega el momento de decidir por sí mismos, como ocurre con la jubilación, por ejemplo, deciden no decidir y continuar del mismo modo.

Pero, ¿por qué ocurre esto en algunas personas y en otras, es todo lo contrario? De nuevo me remito a la actitud que cada uno haya tenido en su vida. Para algunos, la vida cada día nos enseña algo nuevo. Cada nueva experiencia que tenemos, cada momento que vivimos, cada persona que conocemos, es un mundo nuevo por descubrir. A pesar de que a veces sentimos que hemos perdido el tiempo, o que nos faltan días para tanto como hay esperándonos, lo cual, puede ser muy frustrante, pero en general, la actitud que tenemos a diario es la de alguien que empieza, la del eterno aprendiz. De ahí que en ocasiones nos sintamos como niños que aprenden a caminar y otras veces, seamos tan inocentes e ilusos que nos llevemos decepciones. Pero esto también forma parte de la mochila del aventurero de la vida.

En otro punto completamente distinto están los que piensan que, por ser viejos y experimentados, ya no les queda nada que aprender. Y curiosamente, esta actitud no la tienen solamente personas mayores. Hay mucha gente, de cualquier edad, que vive con la premisa de que ya lo sabe todo. Lo lamentable es pensar en cuántas cosas se pierden por continuar mirando el mundo desde el punto de vista de quien ya lo conoce. Por mucho que hayas viajado, leído, estudiado, vivido y experimentado, siempre queda algo nuevo por hacer. Además, la actitud de que aún te queda mucho que aprender es la que te mantiene con ansias de vivir. Muchos viven encerrados en cápsulas esperando que la vida les traiga algún cambio, y si no, da igual porque están cómodos en sus vidas hechas de rutina y aburrimiento. Otros prefieren no encapsularse nunca y salir al mundo a buscar esos cambios que quieren vivir. ¿Para qué esperar?, cuando pueden ir a buscarlos por sí mismos.

En la vida, como en todas las cosas, la actitud es lo que cuenta. El hombre del que te hablaba murió con una vida que se podría resumir en una sola palabra: aburrimiento. ¿Triste, verdad? Sin embargo, fue por decisión propia, o más bien, por no decidir que deseaba otra cosa. Se sentía demasiado sabio como para querer algo nuevo. ¿Y tú, cómo te sientes? ¿Eres de los que lo saben todo o de los que les queda mucho por aprender? Recuerda que tú decides tu propia actitud. Cuéntanosla, nos encantará conocerla.

“Aprender es como remar contra corriente: en cuanto se deja, se retrocede.”

Edward Benjamin Britten (1913-1976) Compositor británico.

Fuente: http://www.piensaesgratis.com/escribir-es-vivir/aprender-o-morir