Los Drop Bears (Thylarctos Plummetus) son familiares ficticios del Koala con tendencias carnívoras (y suicidas) del folklore australiano.
Se les describe como marsupiales arborícolas del tamaño de un leopardo que habitan en árboles de eucalipto y de aspecto similar al koala; armados con dientes afilados y garras como cuchillas; y que atacan dejándose caer sobre la presa, usualmente noquéandola para luego poder devorarla con calma. Se rumora que atacan criaturas más grandes que ellos mismos e inclusive humanos.
Forman parte del folklore australiano y los locales comúnmente cuentan leyendas de encuentros con estas criaturas para asustar a los extranjeros y turistas en localidades rurales; de hecho, la forma "adecuada" para repeler a un Drop Bear es la de untarse pasta de diente o vegemite (un popular alimento australiano) tras los oídos y en el cuello. También se habla de no caminar bajo los árboles de eucalipto o no acampar en áreas boscosas. Otras formas de evitar ser atacado incluyen cosas tan disparatadas como no hablar de ideas políticas de izquierda al caminar bajo el bosque, moverse brincando sobre una pierna, no hablar en idiomas que no sean inglés e incluso parodiar el habla del difunto Cazador de Cocodrilos, Steve Irwin.
Curiosamente, la existencia del Drop Bear no resultaría disparatada, ya que los marsupiales han generado en el pasado animales carnívoros como el Tilacino (o lobo marsupial), el Demonio de Tasmania y uno ya extinto que resulta extrañamente parecido a las leyendas del Drop Bear:
El Thylacoleo Carnifex ("León con bolsa"), o mejor conocido como León Marsupial, era la respuesta de la evolución aislada de Australia a los grandes felinos del resto del mundo.
Un animal poco más grande que un jaguar, el Thylacoleo tenía una fuerza de mordida comparable a la del León Africano, y era el único depredador australiano aparte del gigantesco saurio Megalania Prisca, capaz de cazar al Diprotodon (un pariente del wombat de medidas similares al rinoceronte), y canguros gigantes que poblaban la Australia prehistórica.
A diferencia de los grandes gatos, osos y perros en el resto del mundo; el Thylacoleo tenía pulgares semi-oponibles que podía usar para capturar y destripar a su presa, mientras que desarrolló garras retráctiles como las de los felinos, algo que jamás se había visto en un marsupial.
Este monstruo prehistórico aterrorizó Australia desde hace 2 millones de años, y se extinguió apenas hace cuarenta y seis mil años. Sin embargo, el arte rupestre de los aborígenes australianos muestra a enormes seres atigrados y con aspecto similar a los grandes gatos (animales inexistentes en el continente), y que claramente son representaciones del Thylacoleo, un animal extinto para la época en que la humanidad arrivó al continente.
Al igual que con el Megalania y el Diprotodon (de los que se hablará más adelante), el Thylacoleo es un críptido australiano que aún en estos días es reportado por testigos a lo largo de los desolados parajes del continente del fin del mundo. Así que, quien sabe, tal vez el Drop Bear no sea un Koala carnívoro inventado para asustar a los turistas.
Tal vez el continente australiano, una tierra misteriosa y donde la evolución ha generado serpientes mortíferas, arañas capaces de matar a un humano, canguros y al extraño ornitorrinco; aún esté ocultando a sus más grandes monstruos.
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