Al ver en retrospectiva nuestras más apasionantes aventuras… las que más nos retaron y las que más cambiaron el curso de vida que teníamos en mente por uno mucho más fascinante… encontramos un hilo conductor en todas ellas:
Mantuvimos una política de no aceptar sinsentidos.
A veces deliberadamente y en otras como reacción intuitiva.
Por política de no aceptar sinsentidos nos referimos a que no aceptamos en nosotros comportamientos que estuvieran desalineados y contradijeran la Verdad de nuestro Ser.
Y cuando hablamos de “comportamientos desalineados”, nos referimos no sólo a acciones, sino también a emociones y pensamientos.
Ideas, creencias, emociones y acciones… que no tuvieran sentido desde la perspectiva del Ser que Realmente Somos. Desde la mirada de nuestra alma, Yo Superior… o como resuene más contigo llamar a la porción espiritual –no física– de tu existencia.
Por sobre las apariencias de las circunstancias e ignorando las advertencias de los realistas, sin excusas y sin requerir justificaciones, nos mantuvimos fieles a esa Verdad innegable que sentíamos en algún sitio entre el plexo solar y el bajo vientre.
Esta política nos mantuvo conectados a la frecuencia de la vibración que realmente resonaba con nosotros.
Pero… ¿con qué parte de “nosotros“?
Con nuestro Ser. El Ser que Realmente Somos. No el ser que creemos que somos. No con la idea del ser (con “s” minúscula), que permanentemente se identifica con la mente y sus pensamientos, y se cree definido por ellos.
¿Y cómo sabemos si una decisión está alineada a esa frecuencia?
Porque se siente expansiva, liberadora, y en paz…
…más allá de los pensamientos y las emociones.
…aún sintiendo mariposas en el estómago.
…aún encontrando mil “razones” para tener miedo.
…incluso teniendo claras excusas para no seguir ese camino.
Se siente Verdad en lo más profundo de nuestro ser.
Cuando mantenemos una política de no aceptar sinsentidos, nos estamos diciendo en palabra, vibración y acción que confiamos en nuestra Sabiduría Espiritual por encima de los muy aparentemente lógicos y racionales juicios de nuestra mente.
Esta decisión de anclarnos en la certeza de nuestra Verdad, muchas veces puede llevarnos por caminos que nuestra mente resiste. Porque al nivel de la lógica de nuestras creencias, no les encuentra sentido.
La mente no comprende cómo ir por allí, el camino marcado por nuestra resonancia y entusiasmo, nos llevará al destino que tenemos como norte.
Más aún, ante la incertidumbre evidenciada por la ignorancia e incapacidad de nuestra mente de saber cómo las cosas van a suceder, le cuesta entender que vamos a estar bien.
¡Y es que no necesita comprenderlo! De hecho… ¡No está diseñada para hacerlo!
Vivir el camino de la plenitud no es ir a donde la mente cree que tiene que ir… sino ir por donde Realmente queremos –como Ser con “S” mayúscula– ir.
Verás, la mente actúa como una fiel sirviente que busca protegernos. No busca sabotearnos, ni hacernos caer, ni sufrir, ni frenarnos, ni estancarnos. Nada de eso.
Puedes tener la confianza que la mente busca –a veces de formas retorcidas– protegerte de lo que, filtrado por alguna creencia, piensa que puede dañar a su amo.
Y, desde esa búsqueda de protección, se resistirá a ir por caminos que piense que te amenazan.
Pero cuando te mantienes el tiempo suficiente en la certeza de tu Verdad –no aceptando sinsentidos– en la vibración alineada a tu Verdadero Ser, puede encontrarte en alguna de estas experiencias, o combinaciones temporales de ellas:
Los pensamientos y emociones de resistencia se mantienen, pero tú sigues reflejando en tus acciones la Verdad que llevas por dentro a pesar del conflicto interno.
Tu foco va manteniéndose más y más tiempo en la certeza de tu Verdad, y menos y menos en los pensamientos y emociones de resistencia. Fluyes intermitentemente.
Dejas de escuchar la voz de tu mente, o sólo la escuchas ocasionalmente, y sólo sientes y te dejas guiar por el entusiasmo y la paz de la alineación, más allá de cualquier ilusoria apariencia externa, en una suerte de esquizofrenia potenciadora ;-)
¿Y cómo se vive eso en la práctica?
Primero que nada, comprometiéndote auténticamente a vivir sólo lo que resuena contigo. Para eso estás aquí, en esta vida: para vivir cada vez más, en la apasionante aventura de esta vida, como tu Verdadero Ser.
Deteniéndote inmediatamente cuando empiezan los pensamientos desalineados, para aplicar tu política de no aceptar sinsentidos. No, es No. Punto.
Reconociendo y soltando, en alineación con tu integridad, aquello que ya no representa tu Verdad verdadera.
No tolerando personas o circunstancias –ni siquiera pensamientos– que no estén alineados a quien Realmente Eres. No hay nada en la existencia que diga –excepto una creencia no alineada a tu Ser– que estás obligado a quedarte con algo que no representa tu plenitud.
Conectándote deliberada y consistentemente a la vibración de lo que sí quieres sentir.
Sí, hay que ser radical. Hay que dejarse de lo que los venezolanos llamamos el guabineo –es decir, la imprecisión, la dualidad, el “sí, pero no”.
Y también requiere verNOS y explorarNOS, lo cual es retador y mágico a la vez.
Advertencia:
De lo que hablamos, no es de pensamiento positivo, ni de autoconvencernos de algo.
No se trata de intentar manipular el afuera para huir de lo que no nos gusta en nuestra realidad actual.
Se trata de mantenernos sólidos en la vibración del entusiasmo, la que realmente es reflejo de la realidad que está alineada a nuestros más auténticos deseos, desde la energía de nuestra Sabiduría Espiritual.
Recuerda que…
No podemos engañar a la Existencia. No puedes fingir tu vibración. Pero sí puedes alinearla, ajustarla, moverte a una frecuencia vibratoria que sea eco de los susurros de tu Ser.
Así que te deseamos un apasionante y pleno viaje, jugando con tu nueva política… ¡de no aceptar sinsentidos!
http://elpoderdeser.com/no-aceptes-sinsentidos