Mientras puedas respirar, tienes vida. Y mientras tengas vida, vive agradecido.
Respira gratitud por todo lo que ves, oyes, pruebas, hueles y tocas. Siente agradecimiento por tus seres queridos, tu hogar y por el sinnúmero de bendiciones que hay en tu vida. Dale gracias a Dios por todas las experiencias, las buenas y las que consideras no tan buenas. Porque todas te enseñan algo que debes aprender para vivir una vida más feliz, para darte cuenta de cómo eres realmente y tener la oportunidad de mejorarte cada día un poco más.
Es fácil expresar gratitud cuando todo parece estar yendo de maravilla. Sin embargo, cuando percibes que algo te falta o te sientes incomodo por cualquier cosa, puedes perder de vista todo lo bueno que hay en tu vida. Pero cuando expreses gratitud en tu casa, trabajo o colegio, o en tus relaciones personales, te darás cuenta enseguida que una actitud agradecida es capaz de cambiar tu visión positivamente.
Igual que puedes adoptar un plan para comer más saludable o hacer ejercicio para sentirte mejor físicamente, adopta la práctica de la gratitud para tu bienestar emocional y espiritual.
Hoy te invito a hacer un experimento de gratitud. ¿Cuánta gratitud puedes sentir y expresar en las próximas 24 horas? Mira a tu alrededor y cuenta tus bendiciones. Reflexiona en todo lo que tienes, en todo lo que has experimentado y en los sueños que están a punto de hacerse realidad para ti.
Siente gratitud por tu cuerpo sano y por el apoyo divino que tienes. Trae a tu mente a la gente que quieres: tu familia, tus amigos, tus vecinos y siente gratitud por cada uno de ellos.
La gratitud llenará todo tu ser de luz y amor. ¡Practica gratitud todos los días y verás qué bien te sientes!
Elena Iglesias
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