Toma mi mano,
déjame ayudarte,
pero espera,
no soy muy fuerte,
así que toma impulso,
para que el esfuerzo
se divida entre los dos.
A lo mejor mi mano,
nada más será una guía,
y el esfuerzo será nada más tuyo,
y lo único que necesitabas
era confianza para poder elevarte.
No titubees, mi mano sigue extendida,
sin condiciones ni requisitos ,
si la tomas, no estás adquiriendo
conmigo ningún compromiso
ni tampoco alguna deuda.
Quien diga, que no ha necesitado
de una mano amiga para caminar
hacia adelante, es que no ha recapacitado bien.
El afirmar que somos lo que somos
gracias sólo a nuestro esfuerzo es
una verdad a medias.
Porque el hombre siempre ha necesitado
un estímulo para mirar hacia arriba,
nomás que a veces nos concentramos
tanto en nuestra tarea, que no le
damos importancia a las manos
que se extendieron,
porque fueron tan rápidas ,
que no se notaron.
Así que, tomemos un respiro
en nuestras actividades,
meditemos y exclamemos…
Benditas esas manos anónimas
que se tendieron para ayudarme
a llegar hasta donde estoy!
Pero espera,
aun quedan planos más altos por subir,
pero no te preocupes …
aquí esta mi mano extendida…
pero esta vez, si te pediré algo…
Mira hacia abajo,
y si hay alguien que necesite una mano
extiéndele la tuya , y…
subiremos todos!
Sergio Pérez Castañeda
mano