En mi habitación, entre cuatro paredes
entre la soledad y el tiempo para pensar.
Aparecen las ganas de luchar,
las ganas de salir adelante,
las ganas de volver a amar.
De la nada apareciste,
no te busqué, pero te encontré.
¿Casualidad?¿Destino?
¿Designio de Dios? No lo sé...
Sólo sé, que has llegado a mi vida
para darme felicidad,
para liberar sonrisas
para volver amar.
En la soledad y en la inactividad
los minutos parecen horas,
ves pasar el tiempo y la costumbre
de no hacer nada se trastorna
en aburrimiento.
Sólo tu presencia,
puede volver a despertar emociones
y a recordarme que hay un mundo afuera,
esperándome para luchar juntos...
para volver a amar.