¿Cuál es tu lado más chimpancé?Según el calendario Gregoriano estamos en el año 2014 después de Cristo, el que se utiliza de manera oficial en casi todo el mundo, pero estamos en el año 4712 del calendario lunisolar chino. El calendario budista comienza el año que nació Buda, el 480 a.C. y el calendario hebreo comienza con la Génesis del mundo, que según la tradición judía fue el año 3760 a. C. Es decir, que haciendo la cuenta de la vieja (hebrea) la creación del mundo tiene 5774 años.
¿No os produce risa?
O sea que lo de Adán y Eva, por poner un ejemplo, fue hace 5774 años y estaban muy bien peinados y lavados, pero sobre todo preocupados por ponerse una hoja de parra entre las piernas.
¿No os produce risa cuando científicamente ya sabemos que el superviviente Homo sapiens arcaicus tiene unos 600.000 años de antigüedad y que otros Homos desaparecieron millones de años antes? Charles Darwin puso todo esto de la creación del hombre (magníficamente imaginado y vendido en la Biblia) patas arriba con la publicación de El Origen de las Especies, dando una estocada de muerte al creacionismo y haciendo que la ciencia apostase por el evolucionismo.
No voy a enfrentar aquí las ideas de las distintas religiones, todas creaciones humanas para controlar a las distintas manadas de Homos, ni las ideas de la Biblia con las ideas científicas, es un debate “interesante” para unos, y “aburrido” y pasado de moda para otros, que puedes ver aquí.
Lo que me llama la atención es que quizás hoy no le demos la importancia suficiente al hecho de que venimos del chimpancé, porque sabiendo más de los chimpancés sabemos más de nosotros mismos, de nuestros orígenes, no ya “humanos” sino también “inhumanos”. En este sentido es del todo admirable la dedicación de toda una vida al estudio y conocimiento de los chimpancés por parte de la primatóloga Jane Goodall que se lió la manta a la cabeza y se fue a África a “vivir con chimpancés” para estudiarlos y conocerlos mejor.
¿Qué “valores” podemos aprender de los chimpancés?
Tras 20 años conviviendo con chimpancés, grabándolos y escribiendo sobre ellos, Jane Goodall nos ha permitido saber un poco más de ellos y de nosotros mismos.
· Cuando en una comunidad de chimpancés hay una disputa intentan hacer las paces, no se entretienen en quien tiene razón o no. Perdonan y siguen adelante.
· Por encima de todo cultivan el afecto en la manada, cuando un chimpancé es atacado por otro más fuerte el vencedor no se queda tranquilo hasta que otro acude a abrazarlo o a acompañarlo.
· Los chimpancés tienen un lado oscuro, como nosotros. Organizan guerras entre ellos de una gran brutalidad pero lo hacen básicamente por dos razones, o por hambre o por el domino de un territorio concreto. Lo hacen por “una razón”, los hombres lo hacemos por otras muchas razones de difícil justificación racional o moral.
· En el mundo chimpancé los machos dominantes controlan el territorio y protegen a sus hembras y a sus hijos, las hembras crían y cuidan a sus hijos. La masculinidad y la feminidad están “equilibradas”, cada una tiene su función.
· La feminidad de las hembras no es una debilidad, muy al contrario, es su fortaleza porque al ejercer constantemente de madres desarrollan una gran paciencia, espera y capacidad de observación. Juegan con los hijos, les dan compañía y apoyo constante y así los individuos son luego buenos para la comunidad y empáticos con el entorno.
Dice Jane Goodall que ama esta división de la naturaleza muy bien expresada en un dicho de los indios sudamericanos: “La naturaleza es un águila de dos alas, una masculina y otra femenina. El águila que más alto vuele será la que tenga las alas más equilibradas.”
Y nosotros, pobres Homos, empeñados en destruir la naturaleza y empeñamos en “llegar alto”, no en “volar alto”.
Fuente:
http://www.piensaesgratis.com/historias-para-pensar/cual-es-tu-lado-mas-chimpance