Aparentemente es muy difícil encontrar la felicidad, en principio porque no la asumimos como un estado permanente de vida, sino que la entendemos como una emoción pasajera que muchas veces, si no es que siempre, habita fuera de nosotros mismos y culpamos a nuestro entorno de lo que nos sucede o no y nos hace infelices.
Si a esto le sumamos que por cuestiones culturales aceptamos que el sufrimiento es un precio a pagar en la vida, entonces veremos la felicidad como algo distante y ajeno a nosotros. Te presentamos cuatro puntos para acercarnos la felicidad.
1. Detente por un momento a reflexionar y asumir que la felicidad viene desde adentro, que puede ser algo permanente en nuestra vida, a pesar de las emociones que sintamos; si comprendiéramos que todo lo que nos rodea, bueno o malo, es responsabilidad de cada uno de nuestros actos, automáticamente nuestro entorno cambiaría.
2. Que no te afecte lo que sucede a tu alrededor, busca en tu interior la felicidad; si bien la vida es complicada con todo el vaivén de acontecimientos diarios, además de las relaciones interpersonales que nos rodean y los problemas a los que nos enfrentamos, dejamos de lado el hecho de que no hay nada más incierto que la vida misma, en tu interior siempre están las respuestas más difíciles.
3. Regálate un instante para cambiar el rumbo de tu vida. Por eso es tan importante detenernos y asumir que no necesitamos de una sentencia de muerte o sufrir una desgracia para, entonces, tomar decisiones y comenzar a ser felices.
4. “¿Te has preguntado si eres feliz? Date un momento y pregúntate ¿soy feliz? Si supieras que tu vida terminaría hoy, ¿estarías feliz por cómo la has vivido? Con ese pensamiento despierta y haz algo para lograrlo, hoy es un excelente día para hacerlo; empieza por lo más sencillo y agradece lo que tienes, trabaja por lo que te hace falta, ama lo que haces y busca la felicidad que seguramente habita en tu interior y no dejes que nada ni nadie te la quite, pues sólo depende de ti.”
Por: Lic. Esperanza Arcos