Estaremos equivocados si pensamos que nuestro jefe, familia, situación económica o nivel académico, son la causa de nuestra situación actual (buena o mala). Todo, al final de cuentas es el resultado de las decisiones que hemos tomado a lo largo de nuestra vida.
Pudimos haber estudiado esta o aquella carrera. Pudimos haber elegido trabajar en esta o aquella empresa. Pudimos habernos casado con esta o aquella mujer, etc. Algunas de estas decisiones las tomamos hace mucho tiempo y otras apenas ayer. Algunas acciones (las cuales vienen de nuestras decisiones) debemos repetirlas muchas veces para que tengan un impacto en nuestra vida.
Siempre existe la posibilidad de cambiar de trabajo, de pareja o de profesión, al igual que podemos cambiar nuestros amigos, nuestra imagen, nuestra forma de hablar, etc. A través de nuestras decisiones podemos cambiar cualquier aspecto de nuestra vida
"El éxito es avanzar en dirección de tus sueños". Lo interesante de esta definición es que el éxito en si, no es el destino; no se trata de llegar a tener la casa grande, el auto lujoso, el cuerpo escultural ni una cuenta bancaria gorda. El verdadero éxito es el proceso de lograr todo lo anterior. Si constantemente aprendes, creces, reflexionas, agradeces y realizas acciones con diligencia vivirás una vida exitosa todos los días.
"Tu mundo exterior, (tus resultados) son el reflejo de tu mundo interior, (tus creencias, actitudes y pensamientos)".
Lo único que necesitas para tener éxito es:
Un deseo inquebrantable de alcanzar tus metas y llegar a ser una persona de éxito.
La creencia absoluta de que lograrás todo aquello que te propongas y de ser merecedor de las recompensas.
Un plan detallado y exacto para llevarte del lugar y de tu situación actual, al lugar al que quieres y mereces llegar.
La voluntad para seguir tu plan día a día, a pesar de los obstáculos que se te atravesarán.
El compromiso de aprender constantemente a través de los libros y cursos de éxito.
Rodearte de personas que te apoyen.
Y sobre todo;
La disciplina y disposición de poner en práctica todo lo aprendido y hacer los sacrificios necesarios para convertir tus sueños en realidad.
Erróneamente, mucha gente asocia el éxito con tener mucho dinero y aunque tener dinero es "casi tan importante como el oxígeno", no lo es todo, ya que "hay cosas que el dinero no puede comprar" como por ejemplo la paz y la felicidad. Tener mucho dinero sólo demuestra que has logrado ser exitoso en los negocios o en tu carrera profesional.
¿Y en las demás áreas, eres exitoso?
¿Sigues un plan de superación personal con diligencia para alcanzar tus metas?
¿Gozas de una excelente salud física y mental?
¿Tienes relaciones ejemplares con tu familia, amigos y con las demás personas?
¿Controlas tus emociones, tu nivel de estrés y mantienes una actitud positiva en las buenas y en las malas?
¿Administras tu tiempo y le das prioridad a las tareas que te hacen productivo?
¿Te preocupas por estudiar y aprender cosas que facilitan tu camino al éxito?
Si no pudiste contestar afirmativamente a todas estas preguntas, aunque tengas mucho dinero, honestamente, ¿te podrás considerar exitoso en el estricto sentido de la palabra?
“Nuestros pensamientos determinan nuestro nivel de éxito. Nos convertimos en lo que pensamos la mayor parte del tiempo" Si tenemos pensamientos positivos, constructivos y ambiciosos, seremos el tipo de persona que refleja esas cualidades. Es decir, seremos personas de éxito, comprometidos con la superación personal y dispuestos a nunca conformarnos por menos de lo que sería la vida de nuestros sueños.
Al formar parte de nuestra comunidad de gente ansiosa de ser y tener más, entenderás que la motivación y la superación personal son los ingredientes para disfrutar del delicioso banquete que te espera, llamada vida.
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