Hace unos años, la unidad de investigación sobre el habla, en el Kenyon College llevó a cabo una prueba en cooperación con la Marina de los Estados Unidos de Norteamérica. El objetivo fue descubrir cómo afectaba el tono de voz a los marinos, al dárseles las órdenes. Varios experimentos revelaron que la manera cómo se le hablaba a la persona determinaba, en gran parte, la manera como respondía.
Por ejemplo, si se le hablaba en tono suave, respondía de la misma manera. Pero cuando se le gritaba, su respuesta era con igual tono. Esto era cierto sin importar que la comunicación fuera cara a cara, por el intercomunicador o por teléfono.
Lo que decimos, y cómo lo decimos, hacen la diferencia en la reacción que recibamos. Cuántas discusiones y situaciones tensas pudieran evitarse si probáramos a utilizar una respuesta suave.
Autor:Donald Hungerford