En realidad crecer no es posible, porque
ya somos lo mas grande que podemos ser.
Cuando decimos que queremos crecer, en
realidad lo que estamos necesitando hacer
es aceptar la grandeza que ya tenemos.
Entonces cuando decimos o sentimos que
queremos crecer, podemos preguntarnos
¿cuánto es lo que tengo que aceptar para
instalarme en ese lugar, en esa vibración
que presiento que me corresponde? …
Entonces crecer no es posible, pero aceptar
lo grande que somos sí es posible y está en
nuestras manos. La distancia que hay entre
donde te encuentra hoy y el lugar donde
quieres estar, no depende de tu crecimiento,
solamente depende de tu aceptación de que
eso ya es real.
Esto aplica a cuando estamos sintiendo
que queremos desarrollarnos, cuando
queremos descubrir nuestro potencial,
cuando queremos ser mas de lo que
estamos siendo hoy. Cuando al decirnos
estas palabras nos quedamos con la sensación
de que nos falta desarrollo, pero en realidad,
lo único que falta es aceptación. Lo único que
falta es hacer el descubrimiento de lo que ya
somos.
Por eso no es asertiva la palabra luchar y se
hace muy efectiva la palabra soltar. Para sentir
que crecemos no tenemos que incorporar algo
que falte, sino, soltar la errada idea que tenemos
de nosotros mismos.
Crecer es en definitiva la acción de soltar los
limites que nos mantienen en un lugar más
pequeño del que nos corresponde, es dejar
ir lo que no corresponde para quedarnos con
la verdad que yace dentro de nosotros. Creo
que ese es el mayor descubrimiento que
podemos hacer.
Para crecer no se requiere energía, se requiere
descanso. No se requiere tanta instrucción,
más bien se requiere silencio para escuchar la
voz sabia que habita dentro. Crecer es un acto
pasivo, que requiere paz, tranquilidad y armonía
con nosotros mismos.
Estando en un estado angustioso y urgente,
jamás tendremos la posibilidad de encontrar
ese crecimiento. Si nos mantenemos en
estado de alerta, estaremos impidiendo
llegar a esa profundidad que contiene todas
las respuestas. Es como querer evitar ahogarse
en un rio mientras no podemos sostener la
tranquilidad para fluir con el agua.
Evidentemente que el miedo es quien nos
traiciona. Temer un fracaso o un tropiezo es
asegurarse problemas. Sostener la calma
frente a la tormenta es lo más adecuado y
tenemos una gran misión aquí. Dejar de sentir
miedo es la cuestión de fondo y el miedo es
lo que mas abunda.
Patricia González
http://evolucionespiritual.com/coaching/