Tanto a la base de la las tradiciones espirituales como de la psicología transpersonal, hay una teoría sobre el ser humano. Estas dos visiones son cercanas por cuanto la psicología transpersonal es un surgimiento a partir del contacto entre las tradiciones espirituales y la corriente de psicología humanista.
Dicha visión contiene un planteamiento sobre el lugar del ser humano en el universo, un diagnóstico sobre su actual realidad dañada, una visión de lo que el hombre puede llegar a ser, y una prescripción de cómo hacer el camino hacia esa realización.
A la base de esta visión, se distingue al ser humano tal cual es en su esencia respecto de este hombre instalado en su personalidad o ego -su actual condición dañada.
Esta visión del ser humano postula que éste en su esencia es sano, y en unidad con el universo. Al nacer él es esencia. Pero ‘cae’ de la esencia a la personalidad. Esto -el proceso de ‘caída’- ocurre en sus primeros años de vida para cada persona, en tanto para la humanidad ocurrió en un pasado remoto narrado por los diferentes mitos.
La caída que ocurre una y otra vez surge de que toda persona, en su primera infancia, percibe el mundo -su mundo inmediato, familiar- como parcialmente ajeno y peligroso, debido a que éste falla en satisfacer sus necesidades más profundas, y porque además está plagado de emocionalidad negativa y conductas destructivas. Frente a ello, en toda persona se produce la instalación de una capa defensiva que cubre la esencia, y a la que llamamos personalidad.
Desde o en nuestra esencia somos completos, somos uno. Cuando perdemos la conexión con la esencia y nos instalamos en la personalidad, ya no somos uno, nuestra manifestación ya no es lo que somos sino lo que se instaló o exigió en nosotros, estamos fragmentados y en contradicción. Pero esto no mata la esencia, sólo la cubre, como la dura capa de cemento que cubre al planeta.
Esta es la condición de caída del ser humano. Nos convertimos en un ser dual, con una esencia enterrada, y una personalidad activa y actuante. Con ello se instala una contradicción entre nuestro sentir interno y el mundo externo en el que debemos funcionar y al que nos tenemos que adaptar -y en el que operamos desde nuestra personalidad. Surge con esto una brecha entre el Yo y el mundo exterior.
Y sin embargo, queda viva una ‘nostalgia del paraíso’, de esa unidad esencial desde la que nuestro ser interno no requiere disfrazarse, ocultarse, amoldarse, donde no necesita defenderse de la agresión y de la falta de amor.
La teoría del ser humano a partir de esta doble naturaleza postula que en ausencia de una conexión esencial con nuestro ser interior, esta nostalgia del paraíso nos hace buscarlo fuera.
Pasamos a necesitar que el otro nos quiera, nos comprenda, nos valide, nos valore. Esta dependencia de lo exterior es lo que marca a la personalidad. Y es lo que marca nuestra esclavitud, pues el mundo -las personas- tal cual es, no nos dará el sentimiento de que valemos sólo por ser. Desde afuera, todo será condicional, todo será mezquino, el aplauso es a condición de que actuemos bien, y sólo nos nutrirá por un destello de segundo, para quedar de nuevo hambreados, y de vuelta a buscar aprobación, de vuelta a la próxima puesta en escena para conseguir de nuevo el aplauso. Quedamos fijados en la ilusión de que algo externo nos nutrirá y nos completará.
Eso es propiamente una ilusión. No hay felicidad real ni realización (hacerme real) si no regresamos a nuestra esencia.
Desde la personalidad no vemos el mundo tal cual es, lo vemos a través de nuestras fijaciones particulares: miedos, envidias, vanidades, ambiciones, etc. Todo es según el color de estos cristales con que miramos al mundo.
El camino a la sanación es entonces desde la teoría espiritual y transpersonal del ser humano, es desidentificarnos o liberarnos de nuestra personalidad.
Para ello necesitamos un conocimiento y un método, un conocimiento de la estructura de la personalidad y de su funcionamiento, y un método para liberarnos de ella, pero también una descripción de lo que nos espera tras los muros.
La teoría de personalidades instalada en el Eneagrama contiene ese conocimiento y ese método; muestra la estructura y funcionamiento de nuestra personalidad, nos dice cómo liberarnos de ella, y nos anuncia cómo es el ser humano esencial que podemos llegar a ser tras un trabajo interior, desarrollo personal o camino espiritual.
http://chileinteligente.cl/blog/2014/04/11/la-teoria-sobre-el-ser-humano-a-la-base-del-eneagrama-eduardo-yentzen/