Ser justo implica tratar a todos los demás del mismo modo, sin dejarnos llevar por nuestros sentimientos o temas personales a la hora de tomar una decisión que les afecte y dando a todos la misma oportunidad.
La justicia empezaron a estudiarla dentro de la psicología bajo el nombre de desarrollo moral los pioneros en el tema como Jean Piaget, Lawrence Kohlberg y Carol Gilligan y fue considerado como un caso especial de desarrollo cognitivo. Conforme los niños crecen, se van alejando más de la tendencia egocéntrica que caracteriza a los más pequeños, para quienes es justo aquello que les evita un castigo o les aporta una recompensa. Conforme van adquiriendo un modo de razonar más abstracto, empiezan a utilizar también conceptos más abstractos de justicia.
Kohlberg describió seis etapas en el desarrollo moral, desde un pensamiento egocéntrico centrado en las consecuencias físicas de nuestras acciones (está mal porque si lo haces te castigarán) hasta un razonamiento basado en la consideración de los puntos de vista de todos los implicados y principios éticos universales de justicia.
Solo un 20% aproximadamente de los adultos parece alcanzar el nivel más alto de desarrollo moral. Cuando le preguntamos a alguien si trata a los desconocidos del mismo modo que a sus parejas e hijos, la respuesta de la mayoría es no. La falta de justicia o ética puede aparecer en cualquier momento de la vida diaria, como colarse en una cola, fingir una enfermedad para no ir a trabajar un día, ocupar espacios de aparcamiento reservados a minusválidos, conseguir un trabajo en un organismo público solo por conocer a alguien con poder allí, etc.
Todo sistema de justicia está basado en esta capacidad humana para hacer lo correcto. Las sociedades crean sistemas de justicia y enseñan a sus ciudadanos a aceptarlos desde niños. Por ejemplo, solemos aceptar que todo el mundo tiene derecho a un juicio justo o que nadie debería votar más de una vez para un mismo asunto o que todo el mundo tiene los mismos derechos independientemente de su raza, sexo, orientación sexual, etc. Todo esto ha sido posible por la existencia de este rasgo de la personalidad humana llamado sentido de la justicia.
Dado que es difícil de encontrar un alto grado de sentido de la justicia o desarrollo moral, se valora enormemente cuando sucede. Las personas respetan especialmente a aquellos que consideran justos, tienden a admirarlos, a seguirlos y a recordarlos con el paso del tiempo.
Quizás uno de los mejores ejemplos de un elevado desarrollo moral y sentido de la justicia sea Gandhi y leer su biografía y el modo como afrontó las principales crisis morales de su vida puede ser un buen punto de partida para cualquiera que desee saber más acerca de los niveles superiores del desarrollo moral.
http://motivacion.about.com/od/psicologiapositiva/ss/Ser-justo-la-justicia-como-fortaleza.htm