Sin lubricación no hay placer. Es un hecho. Si estás teniendo dificultad o aburrimiento en la cama, una solución simple y a veces necesaria es pasarse por el pasillo de los productos para el sexo en la farmacia--o en las tiendas destinadas completamente para ese fin--y comprar una botellita de lubricante. Claro, si eres de las que todo eso te da vergüenza, mejor que te asegures bien si tienes que hacer ese oso. Aquí te digo como.
1. Te duele al tener relaciones. Esa es una señal de que hay algo mal. Lo más sencillo, y lo que tienes que rogar que sea, es que no estés lubricando bien. Eso ya sabes cómo se soluciona. De todas formas anda al ginecólogo para confirmarlo. Ese el tipo de cosas que hay que atender en cuanto suceden.
2. Él es demasiado grande. Yo soy de las convencidas de que todo extremo es malo. Tanto por chico como por grande. Si tu pareja se va hacia la talla XX de condones Es mejor que le des una ayudadita a la naturaleza.
3. Tienes más de 35 y ya no es como antes. Lamentablemente la perimenopausia, el proceso que culmina con la ausencia menstruaciones, puede comenzar más o menos a esa edad y una de las primeras señales es la resequedad vaginal. Si te afecta mucho, tu médico puede recetarte una crema a base de estrógeno. Si el problema es ocasional, ya sabes.
4. Sexo anal. Eso ni se pregunta. Necesitas lubricante y punto.
5. Quieres experimentar con productos sexuales. Hay muchísimos tipos de lubricantes, que vienen hechos a base de cosas diferentes, sabores, olores y hasta temperaturas. Anímate. Esta es una forma fácil, divertida, pero poco arriesgada de darle un toque difefente a tu vida sexual.
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por gerundio Ayer a las 11:56
