En más de una ocasión, conviene relativizar e incluso, frivolizar para compensar esos momentos en los que nos tomamos las cosas a la tremenda como si nos fuese la vida en un hecho en concreto. El humor te ayuda a no tomarte la vida tan en serio. E incluso, la razón también te ayuda a ser consciente de que tú no eres el centro del mundo por mucho que sientas que todo gira a tu alrededor.
Todo pasa y nada permanece
Existe un motivo de peso para no dar un valor absoluto a un aspecto en concreto y es que todo pasa y nada permanece. Es decir, por importante que te parezca algo ahora mismo, eso que ahora centra toda tu energía solo será un recuerdo dentro de poco tiempo. La vida se renueva y se recicla cada día con nuevas vivencias y con más dosis de presente.
A nivel mental, existe el presente, el pasado y el futuro, sin embargo, a nivel real, solo existe un interminable ahora.
Aparca las preocupaciones
Aparca las preocupaciones de una forma consciente, diferencia entre lo urgente y lo secundario, sigue con tu vida sin dejar que algo que es menos importante que tú, tu salud y tu bienestar personal, te roben la paz del momento. Recupera la perspectiva global de la situación y recuerda que lo más importante en tu vida es cuidar de ti.
Disfruta de la compañía de personas que tienen mucho sentido del humor para contagiarte de una forma positiva con su actitud. Disfruta de comedias divertidas en el cine y en el teatro. Recuerda que eres dueño de tu mente y tú decides qué quieres que ocupe tus pensamientos.
No se trata de caer en la frivolidad de no dar peso a algo muy importante, por ejemplo, la enfermedad de un familiar, sino de no convertir en un drama las cosas que son superficiales. Nadie sale vivo del viaje de la vida, por tanto, el final, siempre es el mismo.
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