PORQUÉ DEBERÍAMOS RENUNCIAR A TENER RAZÓN EN LOS CONFLICTOS DE PAREJA

Durante los conflictos de pareja, muchas veces nos dejamos llevar por el ánimo de revancha, más que por el deseo de arreglar nuestros problemas. He tenido la oportunidad de ver a muchas parejas discutiendo, y lo que más resalta siempre como un factor común, es que ninguno de los dos parece estar intentando arreglar algo, sino que más bien parecen estar preocupados de imponer su punto de vista.

¿Te suena conocida esta situación? Es posible que cuando estés en medio de una discusión con tu pareja no puedas percibir esto, o pienses que tu pareja es la que quiere imponer su postura, pero en realidad siempre son dos los que conforman una discusión. En este artículo me gustaría hablar sobre qué podemos hacer para mantenernos en control de la situación cuando surge un conflicto que es motivo de una discusión agresiva con tu pareja.

Cuando estamos en una discusión las razones se ocultan momentáneamente. Solo salen a flote las ideas preconcebidas de nuestro ego, que intentan a toda costa imponerse. Esto ocurre porque surge un proceso mental que se identifica con una posición rígida. La defendemos con tanta vehemencia porque esta postura se ha convertido en el equivalente de lo que creemos ser. Déjame explicar un poco más este punto.

Cuando comenzamos una discusión, existe la noción en nuestra mente, que en ese momento estamos sufriendo un ataque directo a nuestra vida. Puede sonar exagerado, pero la mente, o mejor dicho nuestro ego, se prepara para defenderse de lo que cree, es un peligro inminente de ser aniquilado. Nos identificamos mucho con una idea que creemos correcta. Dotamos a esa idea de un sentido de ser. Esto quiere decir que esa idea constituye una parte esencial de lo que somos, y si es puesta en duda por alguien más, entonces tenemos que defendernos a toda costa de esa amenaza.

Durante una crisis de pareja, parece ser que las posiciones de cada uno son irreconciliables. Seguirá siendo así mientras no renunciemos a defender un ídolo mental ficticio. Es necesario que cedamos en nuestra relación. Ceder significa dejar de poner resistencia, y dejar de oponer resistencia significa acceder a nuestro verdadero potencial. Puede ser que creas que estas defendiendo la Verdad, lo correcto. Pero la verdad no necesita que la defiendan.

Una práctica espiritual muy poderosa para mejorar cualquier relación de pareja, es aprender a ceder. Yo personalmente aprendí a aplicar esto en mi propio matrimonio, y realmente puede convertirse en una de las herramientas que te permitirá conocerte a ti mismo en primer lugar y luego conocer a tu pareja. Practica lo siguiente en los próximos días:

Renuncia a tener la razón. Suelta tu apego a defender tu punto de vista.
¿Estas recibiendo acusaciones? Renuncia a defenderte. No intentar rebatir.
Observa entonces que sucede en tu interior. Probablemente sentirás el deseo irrefrenable de “detener la injusticia”. No caigas en ese juego.
Verás que se produce un proceso donde tu ego disminuye. Solo entonces podrás detenerte y considerar con otros ojos el problema. Incluso te darás cuenta de que más que ver el problema desde otro ángulo, comenzarás a ver soluciones. La fuerza de una roca nunca ha podido vencer la suavidad del agua. De la misma forma tenemos que actuar en una discusión. Cede, y verás que esta es la mayor demostración de real fortaleza.

Roberto Doussang