En una relación de pareja es común escuchar un reproche recurrente sobre la influencia negativa que puede tener la otra persona para nosotros. No es raro escuchar frases como “soy una persona positiva, pero mi pareja no”, o “mi pareja aportilla todo lo que hago”. ¿Qué podemos hacer en esos casos? Algunas personas sucumben a esta energía, mientras que otras se resisten mediante el enojo y las peleas. No hay duda de que este es un tema delicado, pues involucra parte importante de lo que consideramos como una relación feliz. En este artículo, quisiera darte algunas claves para manejar influencias negativas.
En primer lugar, debemos reconocer que la gran mayoría de los seres humanos tenemos una tendencia a ser perezosos, quejumbrosos, y a ver el lado malo del resto de nuestros semejantes. Incluso las personas más exitosas de cualquier ámbito, tienen que luchar contra la tendencia que les incita a la indiferencia y la dilación. Sin embargo, la diferencia es que esas personas han aprendido a dominar esos temores, y han modificado su conducta con hábitos que terminan con las malas prácticas.
Tu relación de pareja funciona de un modo similar. Debemos abandonar la costumbre de quejarnos y culpar a nuestra pareja. En otras palabras, debemos dejar la autocompasión, y tomar la responsabilidad de nuestras propias decisiones. No te preocupes si sientes que tu pareja “te jala hacia abajo”. Probablemente permitir la influencia negativa de los demás, o prestar demasiada importancia a opciones ajenas o el que dirán, es el problema más común de la humanidad.
La otra cara de la moneda, es que la única cosa sobre la cual realmente tenemos control, si decidimos tomarlo, es sobre nuestros pensamientos. Ese es uno de los poderes más preciados del ser humano. La realidad es que no puedes cambiar el comportamiento de tu pareja o sus actitudes. Es algo extremadamente difícil y tiene un costo personal muy alto. Es combatir el fuego con más fuego. El cambio interior es exclusiva responsabilidad de cada individuo. Si piensas que tu pareja tiene una influencia negativa sobre ti, deja de observar eso como algo personal y malintencionado. Este comportamiento es inconsciente en la mayoría de las personas, puesto que no controlan sus propios pensamientos o no los dirigen en una dirección adecuada, certera y constante. Si no dominas tu mente, no hay mucho más que puedas dominar.
A continuación quisiera proponerte algunas preguntas que debes responder de la forma más honesta posible, a fin de conocer mejor que se encuentra en tu mente. Conocerse a uno mismo puede ser de gran ayuda, no para acumular información sobre la cual derivar fortalecer la imagen propia, sino para alejarse y reconocer la falsedad de nuestro condicionamiento.
¿Intentas tomar acción decidida sobre lo que te hace infeliz, o te limitas a responsabilizar a tu pareja, los demás o las circunstancias?
¿Sacas en cara defectos de tu pareja ante cualquier provocación o discusión?
¿Cuándo se produce una discusión siempre utilizas un tono sarcástico o burlón?
¿Tus estados de ánimo son variables, pasando del “cielo a la tierra”?
¿La confianza en tu persona aumenta con el paso del tiempo, o por el contrario, disminuye?
Si asumes la responsabilidad por tus propios estados de ánimo, o tu situación de vida actual, entonces dejaras de culpar a tu pareja, o al menos, no buscaras cambiarla a toda costa. La negatividad solo puede superarse cuando tú te conviertes en la lámpara que alumbra la oscuridad. Si dejas que los pensamientos negativos dominen tu mente, entonces tu vida entera será dominada, no importa cuántas veces cambies de pareja.
Roberto Doussang