Siempre se ha dicho que la historia está forjada por el trabajo de los hombres anónimos que permitieron a los grandes personajes que todos conocemos llegar a transcender. En ocasiones aparecen personajes no solo anónimos sino realmente MISTERIOSOS cuya contribución habría sido de una importancia similar (e incluso mayor) que la que han tenido algunas personalidades cuyos nombres han pasado a la posteridad de nuestra memoria histórica. Uno de estos personajes fue conocido bajo el apelativo de “EL PROFESOR”
Poco se conoce sobre este extraño personaje. Aparece la primera referencia en un pequeño tratado titulado “Our Flag” escrito por Robert Allen Campbell. En este tratado se habla sobre el momento en que se muestra el diseño de la bandera de las colonias de 1775.
El primer detalle a tener en cuenta es que “El Profesor” era conocido tanto por el General George Washington como del Doctor Benjamin Franklin (ambos fueron presidentes de los U.S.A). En el tratado de Cambell se hace la siguiente descripción:
“Aparentemente, era poco lo que se sabía con respecto a este anciano caballero y en el material a partir del cual se ha compilado esta narración su nombre no se menciona ni una sola vez, sino que siempre se lo nombra o se hace referencia a el como “El Profesor”. Era evidente que superaba los 70 años y a menudo habla de acontecimientos históricos que habían ocurrido más de un siglo antes como si hubiera sido testigo de ellos, a pesar de lo cual se le veía erguido, vigoroso y activo, fuerte como un roble y lúcido, tan robusto y lleno de energía en todo sentido como si estuviera en la flor de la vida. Era alto, de buena figura, desenvuelto y de modales elegantes y era, al mismo tiempo, cortés, refinado y autoritario. Para aquella época y teniendo en cuenta las costumbres de los colonos, tenía una forma de vivir bastante peculiar; no comía carne, aves ni pescado; no se alimentaba de nada que no fuera verde, de ninguna raíz ni de nada que no estuviera maduro; no bebía alcohol, siendo su única dieta los cereales y sus derivados, frutas que hubieran madurado en la planta al sol, frutos secos, té suave y , para endulzar, miel, azúcar o melaza.
Era muy educado, sumamente culto, dotado de amplia y variada información y muy estudioso. Dedicaba buena parte de su tiempo al estudio de una serie de libros viejos y manuscritos antiguos muy excepcionales, que parecía estar descifrando, traduciendo o reescribiendo. Jamás enseñaba a nadie aquellos libros y manuscritos, ni tampoco sus propios escritos, y ni siquiera los mencionaba en sus conversaciones con la familia, salvo de manera muy informal, y siempre los guardaba con cuidado bajo llave en un gran arcón pesado y anticuado de roble, de forma cúbica y recubierto de hierro, cada vez que salía de su habitación, aunque fuera para comer. A menudo daba largos paseos solo, se sentaba en la cima de las colinas vecinas o cavilaba en medio de los prados verdes y salpicados de flores. Gastaba su dinero – del que disponía en abundancia – con generosidad, pero sin derroche. Era un miembro de la familia tranquilo, aunque muy simpático e interesante, y en apariencia le gustaban todos los temas que surgían en la conversación. Era, en síntesis, una persona que no pasaba desapercibida y a la que todos respetaban, poco conocían bien y a la que nadie se atrevía a interrogar acerca de sí misma para averiguar de dónde procedía, cuánto tiempo se quedaría ni hacia donde iría después”
En 1775 el Congreso de las colonias para el diseño de la bandera se reúne en casa de “El Profesor” en Cambridge. Siendo este incluido en el comité de manera inmediata. No solo eso, sino que se hizo absolutamente todo lo que este personaje sugirió. Presentó un modelo que consideraba adecuado simbólicamente para la nueva bandera que fue aceptado por los otros seis miembros del comité, que votaron para que la propuesta de “El Profesor” fuera adoptada de inmediato.
Un día 4 de Julio del año 1776. En la ciudad de Philadelphia se reúne una comisión con el propósito de cortar los vínculos entre el País viejo y el Nuevo. En pleno debate en el cual salía a relucir de manera indirecta la indecisión producida por el miedo a pagar con su propia vida el atrevimiento de separarse de Inglaterra, resonó una voz fortísima. De repente se hizo el silencio y todos callaron para mirar al desconocido. Este comenzó a hablar y cuando terminó su oratoria el comité fue conmovido hasta tal punto que todos se volcaron en el pergamino un nombre tras otro y así se firmó la declaración de Independencia. Cuando hubo firmado el último todos buscaron le buscaron …¡Había desaparecido!.
¿Cómo es posible que no sepamos quien era este personaje? ¿Porqué era tan influyente y sus propuestas eran tan tomadas en cuenta a pesar de que ni siquiera firmó la Carta Magna ? ¿Estaban los padres de los U.S.A supeditados al Profesor? ¿Acaso esta dependencia tenía relación con algo oculto, quizá alguna organización secreta?
La historia oficial nos cuenta que de los trece firmantes del Acta de Independencia, nueve eran Masones (Ellery, Franklin, Hancock, Hewes, Hooper, Paine, Stockton, Walton y Whipple). Idéntica condición compartían nueve de los trece delegados que rubricaron los artículos de la nueva Confederación (Adams, Carroll, Dickinson, Ellery, Hancock, Harnett, Laurens, Roberdau y Bayard Smith), así como los trece firmantes de la Constitución estadounidense (Bedford, Blair, Brearley, Broom, Carroll, Dayton, Dickinson, Franklin, Gilman, King, McHenry, Paterson y Washington). La gran mayoría de los congresistas que ratificaron dichos acuerdos eran igualmente miembros de la hermandad masónica, lo mismo que la práctica totalidad de los mandos del ejército republicano que combatió a las tropas realistas de la metrópoli inglesa. La influencia de la masonería se haría patente desde el principio en todos los ámbitos del incipiente Estado, modelando sus componentes ideológicos y políticos e inspirando buena parte de su simbología. Inmediatamente después de proclamar la Declaración de Independencia, el Congreso reunido en Filadelfia adoptó una resolución encargando a John Adams, Benjamín Franklin y Thomas Jefferson la confección del sello oficial del nuevo Estado. A tal efecto, cada uno de los tres miembros del comité sugirió un diseño para el sello de la Unión. Jefferson propuso una imagen que representase al pueblo de Israel marchando hacia la Tierra Prometida. Franklin proyectó una alegoría en la que aparecía Moisés conduciendo a los israelitas a través del Mar Rojo. John Adams, por su parte, se inclinó por un tema de la mitología griega que representaba a Hércules. A estas primeras propuestas se les fueron añadiendo las de sucesivos comités hasta que, finalmente, fue aprobado el diseño definitivo propuesto por el secretario del Congreso, Charles Thomson, maestre de una logia masónica de Filadelfia dirigida por Benjamín Franklin.
El reverso de dicho sello no era (es) sino una transcripción de la simbología iluminista. En su parte central figura una pirámide truncada de trece escalones, el último de los cuales contiene una fecha escrita en caracteres romanos: MDCCLXXVI, esto es, 1776.
Coronando la cima de la pirámide aparece un triángulo radiante con un ojo en su interior. Tal ideograma era el símbolo de los Illuminati de Baviera, y el que figuró en las portadas de los textos jacobinos más radicales durante la Revolución Francesa. El reverso del Gran Sello incluye también dos leyendas, una en su parte superior, circundando el triángulo, que reza “Annuit Coeptis”, y otra en su parte inferior, que circunda la base de la pirámide y dice “Novus Ordo Seclorum”. Los trece escalones de la pirámide representan a los trece Estados firmantes de la Declaración de Independencia. La leyenda “Annuit Coeptis” se traduce como “(él) ha favorecido nuestra empresa”, refiriéndose al ojo encerrado en el triángulo, que representa a una fuerza providencial cuya naturaleza será mejor dejar para otra ocasión. Esta consigna refleja fielmente esa especie de mesianismo pseudorreligioso que ha impregnado desde sus comienzos la idiosincrasia nacional estadounidense.
Sabemos que “El profesor” fue un personaje de una influencia enorme. Podemos aventurar que se trataba de un alto cargo Masón al que los padres de los U.S.A estaban supeditados y debían obedecer. No podemos comprender que a pesar de que su participación en estas decisiones no se hicieran de manera oficial , este fuera casi obedecido en sus planteamientos.
Como escribió Manley P. Hall en su trabajo “Las enseñanzas secretas de todos los tiempos” “El Profesor” es uno de los personajes mediadores que aparecen misteriosamente en diversos momentos clave de la historia y de las revoluciones para dirigir o instigarlas desde la sombra.
Queden ahí las dudas y saquen sus propias conclusiones.
http://www.mundoparapsicologico.com/misterios/el-misterioso-profesor-y-el-nacimiento-de-los-eeuu/