El que fuera un ferviente creyente del Espacio Vital o Lebensraum en su acepción alemana, no solo manejó la geopolítica con maestría, sino que traslado sus concepciones a otras esferas que incluyen además de geografía, el ocultismo tibetano e interpretaciones muy personales de la Doctrina Secreta.
Cuando se intenta comprender el porque de la existencia de los Campos de Concentración que llevaron al exterminio a miles de seres humanos, se debe volver hacia el Lebensraum, la idea que dio cuerpo a las futuras atrocidades. Desde la óptica de todo alemán inmerso en el Reich, el Espacio Vital, significaba conquistar territorios, ocuparlos, y esclavizar a pueblos enteros en beneficio de la hegemonía alemana, que se sentía atrapada en la geografía impía que el destino le había decretado, y por lo tanto era un derecho a ganar.
Karl Haushofer (1869-1946), el divulgador del Lebernsraum que más tarde sería materia obligatoria en todas las escuelas alemanas, fue ante todo un brillante geógrafo que pasó largas temporadas en Japón y la India, ejerciendo labores de inteligencia para Alemania. Fue así que se cultivó en las principales lenguas orientales, llegando a dominar el japonés, y el antiguo sánscrito, que le posibilitaron la introducción al misticismo oriental, del que se hizo adepto.
Todos los biógrafos coinciden que Haushofer conoció a Hitler por medio de Rudolf Hess, quién en ese entonces era su discípulo en el departamento de geopolítica de la Universidad de Munich. La relación con Hitler cobró fuerzas durante la estancia de éste como prisionero en la Fortaleza de Landsberg, a raíz de los sucesos del Putsch de 1923 que fracasó. Haushofer comenzó a visitarlo regularmente, “armado de sus libros de geopolítica”. Más tarde el profesor jugaría una carta clave en los asuntos exteriores del Reich, en especial en lo referido a la Alianza Japón-Alemania.
Pero la enseñanza de la geografía expansionista, sólo era una parte de la educación de Hitler, que más tarde Haushofer complementó con sus conocimientos sobre los misterios del Tíbet y su particular visión de la Doctrina Secreta.
Karl Haushofer y su relación con la doctrina secreta
Durante su estancia en Oriente, Haushofer se involucró de lleno en las concepciones budistas y en las prácticas de las ciencias ocultas. Por ese entonces circulaban Leyendas de ciudades subterráneas habitadas por supervivientes de una antigua civilización, la Atlántida, que después de la sumersión de la Isla, habían ido a refugiarse en esa zona inaccesible ahora conocida como el Desierto de Gobi, cerca del Tíbet. Los viejos mitos hablaban de una terrible guerra que había asolado a los pueblos de la Atlántida, una lucha generada entre el bien y el mal, o los que practicaban la magia blanca en contra de los abusos o sea la magia negra. Después del Cataclismo Marítimo, los atlantes se dividieron entre los que siguieron el sendero de la derecha o fuerzas del bien, que canalizaron en una zona que se llamó Shambala, y los que fundaron Agharthis o sendero de la izquierda y que respondían a los poderes de las tinieblas. En un próximo Capítulo analizaremos con más detalle esta Leyenda.
Haushofer no sólo absorbió esta Leyenda, sino que participó en forma activa en el Budismo que seguía los preceptos del Agharthis. Vean sino este informe sobre la Historia de la Svástika:
1. El budismo Se dividía en dos ramas:
A. Los Gorros amarillos que practicaban las enseñanzas de Buda en su integridad en los ámbitos religiosos, moral, ascético y que en nuestra época constituyen la mayoría de los monjes que dicen ser fundadores de la doctrina. Su hábito ocre amarillo les dio ese nombre. Su símbolo la svástica dextrógira. Y se cree que representa a Vishnú (Dios de la vida).
B. Los Gorros rojos, que practicaban un budismo mezclado con tantrismo, con una mezcla que exigía el uso de la mujer en algunos ritos. Los Gorros rojos deben su nombre al color de su vestimenta.
2. Los Gorros negros, que practicaban con el nombre de budismo un chamanismo que no era más que brujería simple y sencilla. Mezcla de sacrificios de sangre con sexo tántrico. Es la religión más antigua del Tíbet, anterior a la introducción del budismo. Esta religión lleva el nombre de bon, sus adeptos se llaman bonpos o boenpos. Su símbolo la svástica sinistrógira o cruz gamada. Y se cree que representa a Shiva (Diosa de la Destrucción). Más tarde adoptada por Hitler.
Haushofer pertenecía al Budismo de Gorros Negros que después trasladaría a la Alemania Nazi. ¿Se le debe también el origen de la Svástika, que ondeaba en los estandartes nazis?. Es una probabilidad que no descartamos. Reservamos unos apuntes sobre la Svátika para después.
Semejante maestro debió causar una honda impresión a Hitler, si se piensa que Haushofer practicaba la arquería, era una gran conocedor del Zen, y hablaba a la perfección el idioma japonés. Pero nada lo había preparado para la revelación que sobre la Doctrina Secreta aprendió del Herr Profesor. Ya hemos mencionado las ridículas interpretaciones que los teósofos nazis utilizaron para su propio servicio.
La Doctrina Secreta que Haushofer enseñó a Hitler distaba mucho de lo predicado por Blavatsky. Es así que a través de los ojos de Haushofer surge una historia fantástica donde los Arios son transformados en una raza especial que surge en los últimos tiempos de la Atlántida. Son astutos, inteligentes, humanos pero que están en contacto con jerarquías espirituales que los entrenan y les educan en la apertura del tercer ojo.
Las demás razas son inferiores y con apéndices animales y surgen terribles batallas por estos nuevos avances en la purificación de la raza.
Más tarde “los pueblos Arios fueron trasladados a otras regiones por el Manu, el último de los Dioses Hombres o Superhombres. La migración los llevó por toda Europa y Asia hasta el área del Desierto del Gobi, y desde allí hasta las montañas del Himalaya. Allí, en el techo del mundo fue fundado un Oráculo del Sol, que dominaría y dirigiría las Siete Civilizaciones de la era posatlántica. Los iniciados en este Oráculo, se reencarnaban como líderes de los diversos pueblos que también habían sobrevivido al Diluvio y se instalaron en todos los rincones de Europa, Asia y América. La inmensa mayoría de los mejores arios se establecieron en la India…”
Y como finaliza Ravenscrof: las enseñanzas racistas que Hitler recibió en el Landberg serían implantadas en el entrenamiento de las formaciones SS, y en los burgos en los que se pretendía que surgiera una nueva gama de superhombres nazis. Los que nos recuerda que en otro post debemos ocuparnos de Himmler.
Es interesante observar como estas “revelaciones” fueron aplicadas en el Reich con fuerza si pensamos en la búsqueda del Super Hombre, los misteriosas expediciones que se llevaron a cabo en el Tíbet, y en América, sin contar con los experimentos que a costa de muerte y terribles sufrimientos se llevaron a cabo en los Campos de Concentración para la creación de esta nueva raza.
http://oculto.eu/karl-haushofer-el-geografo-siniestro/