Uno de los errores que cometemos es dejar el control de nuestra felicidad a la pareja, la familia, los hijos, el entorno, es decir a los demás. Toma las riendas de tu felicidad y no esperes a que los demás te la generen.
La felicidad es un estado y una actitud personal: para cada persona la felicidad significan cosas diferentes, para algunos será compartir en familia para otros lograr triunfos. Lo importante es encontrar cual es el significado de felicidad para ti, lo cual no depende de los demás.
Si encuentras tu fuente de felicidad, podrás utilizarla cuando lo desees: la ventaja de ser tú mismo el que encuentre la fuente de felicidad y los detonantes que te ayudan a sentirla, es poder obtenerla cuando así lo quieras, sin depender de otros o terceros. Si tu felicidad depende de que tu pareja o amigo o jefe te felicite, estarás perdido. Mientras que si tu felicidad depende de que te aprecies a ti mismo, en este momento lograrás tu cometido.
Toma el control de tu destino para que alcances los objetivos: la primera regla gerencial para ser efectivos en los resultados, es poder identificar los objetivos y contar con las herramientas para alcanzarlos. Sin duda ser felices es un objetivo eterno de todos y todas, por ello debes tomar control de tu vida para garantizar que vas ser feliz.
Inicia por valorar tus deseos: muchas veces nos disminuimos pensando que nuestros deseos valen poco y sólo son adecuados los deseos de los demás. En especial si la otra persona es la exitosa. El éxito no tiene relación directa con la felicidad, en cambio la felicidad si lo tiene con el éxito. Primero hay que ser feliz y luego si ser exitoso. ¿Cuáles son tus deseos? Una vez claros hay que darles el valor para poder luego conseguirlos.
Es el momento de respetarte a tu mismo: nadie ni nada debe interponerse entre tus metas y proyectos de vida. Son la esencia de tu felicidad y no debes sacrificar su obtención. A veces se dice, que te vas a sacrificar por el bienestar de tus hijos o la pareja o tus padres. No es una actitud adecuada, porque nadie debe sacrificarse. Cada cosa en su lugar.
Cuando le das el poder de tu felicidad al entorno, nunca la obtienes: tu felicidad no puede sujetarse a que alguien haga algo, sea benévolo te contigo, sea generoso a que ocurra un evento externo inesperado. Tú debes hacer lo que te gusta para ser feliz, sin necesidad de que el entorno sea cómplice para lograrlo.
La felicidad atrae más felicidad: la felicidad es un tesoro que se reproduce cuando lo siembras en terreno fértil. No debes esperar a la felicidad ideal y máxima, sino comenzar por pequeñas satisfacciones, las cuales con seguridad te llevarán a placer y recompensas cada vez más grandes.
El secreto de la felicidad se encuentra en tu interior: ser feliz es un estado mental unido a un sentimiento de placer que se expresa en el estado físico. Tú puedes predisponerte mentalmente a ser feliz, ganar consciencia de las emociones de placer que se presentan y luego sentir como el cuerpo te lo agradece con el regocijo.
Ya es el momento que ganes control de tu felicidad y dejes de esperar que el entorno o tu pareja te la generen. Ser feliz es tu meta y objetivo, en tu interior debes encontrar tus deseos y placeres, para luego procurar replicarlos cuántas veces puedas hacerlo. Recuerda que la felicidad cambia y su significado se modifica con el tiempo, pero sólo a ti corresponde encontrar su valor y nuevo significado.
http://www.rescatatufelicidad.com/no-esperes-a-que-los-demas-te-produzcan-la-felicidad/