La felicidad exige cierto grado de libertad para que pueda desplegarse en toda su plenitud. Hay que liberarse de miedos, pensamientos negativos, falsos positivos, creencias destructivas, malos hábitos, entre otras muchas cosas. A veces también hay que liberarse de malas compañías.
Liberarse de miedos: los miedos nos distraen de la felicidad, nos agobian, nos ofuscan, dañan las relaciones, e impiden que avancemos, nos arriesguemos y logremos el premio mayor.
Liberarse de pensamiento negativos: lo negativo sólo arte fracaso, así que a erradicar todo aquello que nos genere estrés y angustia. Liberarse de los pensamientos negativos sólo exige que te decidas a hacerlo, reemplazando cada negatividad con un pensamiento positivo. Decídete a dejar entrar sólo el optimismo en tu vida.
Liberarse de falsos positivos: nos referimos a los triunfos o éxitos que no son reales, y que no deben fundamentarse para intentar repetir un éxito, que no se va a lograr, porque fue fortuito en el pasado, sin fundamento ni proceso. Liberarte de los éxitos que no son duraderos, que tal vez aparecieron en otros pero no te corresponden. Sólo lograran distraerte de tu real objetivo y felicidad.
Liberarse de creencias destructivas: existen algunas creencias que perjudican, que infunden miedos, limitan, son falsas y atentan contra tu felicidad. Puede ser el caso de creer que la felicidad es para otros, que la felicidad es una utopía, que la felicidad sólo va acompañada del dinero.
Liberarse de los malos hábitos: los hábitos son buenos cuando agilizan los procesos o te generan disciplina para que logres tus objetivos. Pero otros hábitos pueden ser dañinos para la felicidad, cuando se convierten en rutinas, las cuales te generan camisa de fuerza, disminuyen tu poder para ser creativo y eliminan la sorpresa.
Debes libertarte de las camisas de fuerza si realmente deseas ser feliz. De miedos, pensamientos negativos, falsos o positivos, creencias y malos hábitos. Un experto en gestión administrativa decía con mucha razón que para mejorar hay que cambiar lo que se está haciendo y la manera en que se hace. Es lógico pensar que si no se cambia nada, es casi imposible mejorar. Es la caso de la felicidad, si no te sientes en este estado maravilloso, ¿no te parece lógico que debes cambiar algunos paradigmas?
Liberarte es reducir algunos perjuicios que has ingresado a tu mente, que no te permiten lograr la autenticidad. Liberarte es abrir los ojos para ver lo que te estás perdiendo. Liberarte es fluir y no luchar contra el destino.
Para rescatar la felicidad individual y de pareja, el camino es liberarte de conceptos y mitos, que sólo te llevan a engordar la imagen externa y las apariencias, pero que te convierten en acartonado y limitado.
Te invitamos a ver con otros ojos la vida, arriesgar un poco y cada vez más, para liberarte del pasado y de esta forma vivir intensamente tu destino.
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