Cuando somos heridos en diversidad de circunstancias, podemos creer que sostenemos cierto "poder" sobre la persona o personas a quienes nos rehusamos a perdonar. Pero la realidad es que en vez de tener poder sobre ellos, les entregamos nuestro poder al considerarnos victimas, y sentirnos afectados indefinidamente por esos hechos del pasado.
Nuestras emociones son nuestra responsabilidad, y es a nosotros a quienes les toca asumir la decisión de sanarlas para ser capaces de llevar una vida satisfactoria.
El proceso de sanarnos a nosotros mismos perdonando puede ser acelerado siguiendo unos simples pasos, veamos.
Asumir Responsabilidad
El primer paso en el proceso de perdonar es reconocernos como creadores de nuestra realidad, pero manteniendo presente que cada situación que creamos en nuestra vida contribuye a nuestro crecimiento, ayudándonos a superar ciertos detalles que aun necesitan sanar dentro de nosotros.
Este detalle es importante, pues nos evita sentirnos culpables por lo que reconocemos que hemos creado, y nos facilita agradecer a las personas que participaron en los eventos, por servirnos de maestros.
Asumir esa actitud nos coloca en la ventajosa posición de evitar caer en la posición de victima, y al reconocer a los otros actores como parte de un drama, les agradecemos por su aporte, y es sencillo perdonarlos. Pues al cambiar nuestra actitud, es sencillo tomar conciencia que las situaciones vividas eran necesarias para nuestro crecimiento.
Tomar Conciencia
Luego que asumimos responsabilidad por nuestros actos, y nos reconocemos como creadores de las situaciones que vivimos, ayuda tomar conciencia de los juicios que emitimos al respecto de los eventos que encontramos en nuestra vida diaria,, las personas que participan en ellos, y las actitudes que asumimos al respecto.
Este paso reconoce que tenemos la tendencia a automáticamente asociar una serie de juicios, interpretaciones, cuestionamientos y creencias a las situaciones que vivimos diariamente.
El detalle que puede ayudarnos para ser capaces de perdonar más fácilmente es el de reconocer que esta actitud existe en nosotros, y aceptarnos aun a pesar de lo que podamos considerar son nuestras opiniones más censurables.
Al reconocer que asumimos esas actitudes, y aceptarnos incondicionalmente a pesar de ellas, nos conecta con lo que pensamos y sentimos en el presente, lo que nos facilita ubicarnos soltando el pasado, y permitiéndonos perdonar más fácilmente para ser capaces de disfrutar plenamente de nuestras vidas en el presente.
Estar Dispuestos
Desde nuestra actitud asumimos una disposición, o en la mayoría de los casos una pre disposición, desde las expectativas que pudiéramos tener en cuanto a lo que aspiramos sea el desenlace de cualquier situación.
Una vez que nos permitimos llevar a cabo los anteriores pasos nos colocamos en la ventajosa posición de ser capaces de ver la perfección en cada situación que se presenta en nuestras vidas, y desde allí agradecer a la vida por las oportunidades para crecer que nos brinda, y a los otros participes por permitirnos compartir con ellos la experiencia y reconocer que todos resultamos beneficiados.
Desde esta perspectiva, asumir al disposición a perdonar es tan sencillo como reconocer que todos los participantes simplemente hemos sido actores en la obra de teatro que es la vida, y cada uno simplemente ha desempeñado su papel desde lo mejor de sus capacidades.
Elegir
El poder de elegir es uno de los mayores poderes con los que estamos dotados los seres humanos, y podemos emplearlo para unirnos al poder de la Paz. Y si hemos seguido los anteriores pasos esto será simplemente una consecuencia natural de actuar acorde con la intención de perdonar.
Podemos elegir sentirnos en Paz con nosotros mismos primero, y con todo y todos quienes nos rodean, al ejecutar cualquier acción que sea requerida de nosotros en nuestro diario obrar.
Encontramos el poder de la Paz cuando vivimos el momento presente de manera consciente, conectándonos y actuando con claridad y enfocados en dar lo mejor de nosotros mismos, mientras nos mantenemos conscientes de nuestras emociones para mantenerlas positivas y constructivas.
Desenlace
A medida que ponemos en práctica este proceso en nuestra vida diaria, encontramos que se convierte en un acto natural que nos permite llevar una vida más sana y satisfactoria, permitiéndonos expresarnos plenamente al liberarnos de las ataduras que nos impedían perdonar.
Si somos capaces de aplicar los anteriores pasos siquiera una vez, tomaremos conciencia de que el evitar perdonar solo nos afecta a nosotros, mientras que el perdonar nos libera a todos. Queda de nuestra parte entonces elegir, ¿Queremos soportar una carga emocional de culpa innecesariamente?, o ¿Preferimos perdonar y perdonarnos para liberarnos de toda las cargas?. Su elección incidirá directamente en su calidad de vida.
¡Que disfrute Perdonando!
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