La calidad del amor que recibes es igual a la calidad del amor que te brindas a ti mismo.
Esa explosión que sientes en tu corazón cuando te enamoras y se la brindas a otro, es una implosión de tu ser que se ha expandido.
Somos amor expandiéndonos y cuanto más pronto te reconozcas como un ser de puro amor, más rápido sanaran tus penas, pues sólo el amor sana.
Nos hiere la ignorancia y el olvido, pero el dolor comienza a desvanecerse cuando comenzamos a descubrir quienes somos en verdad.
Somos amor amándonos, expandiéndonos, involucrándonos en el escenario de la vida, siguiendo el juego como si los personajes y actores que se nos presentan en el exterior fueran diferentes a uno mismo, como si estuviéramos separados.
El corazón sabe sin palabras, el alma reconoce el amor desde siempre.
La vida que late a tu alrededor es amor.
Ya es hora de dejar caer los velos para ver con el corazón y el alma.
Lic. Laura Fichendler