La conjuntivitis en un niño de corta edad es importante, ya que las defensas de sus ojos son todavía inmaduras y pueden dar lugar a serios problemas en la formación de las membranas, o bien a hemorragias que lleven también a complicaciones.
Esta inflamación de la conjuntiva -mucosa que recubre el interior de los párpados y la parte externa del globo ocular a excepción de la córnea-, puede ser provocada por dos tipos de causas: infecciosas -como hongos, virus, bacterias, etc.-, o no infecciosas -traumas, cuerpos extraños, humo, polvo, sustancias químicas, y demás-.
La detección de la conjuntivitis a tiempo es fundamental, siendo el síntoma inicial un malestar en el ojo durante el primer día: le arde y es como si tuviera arenilla dentro del ojo. A la mañana siguiente, al despertar, puede resultarle difícil abrirlos porque parte de la mucosa infectada se pega a las pestañas. También es probable que el niño llore porque le duele y aunque la visión sea normal, el globo ocular se encuentra enrojecido.
La infección suele iniciarse en un solo ojo, pero el niño, al tocarse ambos con los dedos, se la prolonga al otro.
Controlando la conjuntivitis a tiempo, no tienen por qué existir mayores problemas, y los pasos que debemos seguir ante los primeros síntomas son los siguientes:
Hacer al niño un reconocimiento médico para obtener el diagnóstico preciso, y si en 4 o 5 días no mejora, se deberá volver a llamar a el especialista.
Limpiar las secreciones y legañas de sus ojos. Puede utilizarse para ello el suero fisiológico -media cucharadita de suero en medio litro de agua hervida-; o la clásica agua de manzanilla. También hay en las farmacias antisépticos y descongestionantes con los que se pueden dar varios baños diarios a los ojos. Si se utilizan estos medicamentos, hay que tener presente que su duración es limitada y que deberán protegerse de la luz.
Ante la conjuntivitis infecciosa bacteriana, se empleará el colirio que el médico aconseje. Su forma correcta de aplicación consiste en agitarlo antes de usar y presionar muy suavemente para que salgan las gotas de una en una sin tocar el ojo con el goteador. Luego de cada aplicación se cerrará bien el frasco y a los pocos días de abierto habrá que desecharlo. El frasco cuentagotas debe mantenerse siempre vertical y es muy peligroso exponerlo al sol. Como estas gotas permanecen poco tiempo en el ojo, deberán usarse frecuentemente según la prescripción médica.
Las pomadas oftalmológicas se suelen utilizar durante la noche. Se deposita una cantidad equivalente a un gramo de arroz detrás del párpado inferior, bajando éste con el dedo lo suficiente para que se introduzca en el ojo sin hacer daño al pequeño.
Por último, es importante que mientras el niño esté con conjuntivitis, permanezca e todo momento en un ambiente limpio y exento de factores tan nocivos como el humo o el cloro, los que podrían irritar aún más los ojos.
La conjuntivitis es una enfermedad que normalmente se resuelve con un tratamiento bastante prolongado, pero siempre bajo prescripción médica
http://www.areafemenina.net/2009/10/conjuntivitis-en-los-ninos.html