Hay números que hablan por sí solos como el siete, el 13 o el 23. Detrás de cada uno hay todo tipo de historias -algunas reales, otras místicas-, que han dado lugar a que distintas culturasles otorguen un significado especial. Sin embargo, todos ellos “ya estaban”, ninguno fue “inventado” por el hombre. Pero hay excepciones, el 911 entre ellas.
El popular número que ves en las películas y series data de 1963, cuando fue creado en el marco del North American Numbering Plan (NANP), un sistema para asignar códigos de área y número de teléfono a más de veinte países de Norteamérica y el Caribe, y a territorios de los Estados Unidos.
El novecientos once siempre tuvo como finalidad la comunicación inmediata de incidentes que requieran el tratamiento de una emergencia. Si alguien lo utiliza con otro fin, como por ejemplo realizar una broma telefónica, el acto constituye un delito penado por la ley.
Gracias a su aceptación en Occidente, otros países han adoptado al 911 como el número para la comunicación de emergencias, por ejemplo -en Latinoamérica- Argentina, Paraguay y Uruguay.
En sus cincuenta años de vida las llamadas se cuentan por ciento de miles, pero algunas recientes merecen mención porque han captado la atención de los medios de comunicación.
EL ETERNO ADIÓS
El 15 de junio último entró al 911 una llamada oriunda de una casa cita en Calabazas, Los Ángeles, California. Quien se comunicaba era un oficial de policía pidiendo la asistencia de una ambulancia porque una joven de 15 años presentaba un cuadro de intoxicación y heridas sangrantes en ambos brazos.
El cuadro hablaba de un intento de suicidio, que afortunadamente no terminó en muerte. El caso podría haber sido otro de tantos, salvo por la identidad de la chica. Se trataba de Paris Jackson, la hija del mayor artista pop de la historia, Michael Jackson.
Si bien ya habían pasado cuatro años desde el fallecimiento del músico, Paris aún mostraba una honda pena. Y ese mismo día por la tarde había tuiteado: “Ayer todos mis problemas parecían tan lejanos y ahora es como si estuvieran aquí para quedarse”, un fragmento de la canción Yesterday de los Beatles. Y agregó luego: “¿Me pregunto por qué las lágrimas son saladas?”. El preludio de la decisión más terrible.
Afortunadamente, la hija del medio de Jackson nunca perdió la conciencia y pudieron rescatarla a tiempo. Pero el hecho se hizo público y el audio de la conversación con el 911 se filtró, por lo que el motivo de la internación nunca pudo ocultarse. En el mismo se escucha inequívocamente cómo el agente describe al operador que la muchacha ingirió veinte pastillas de ibuprofeno y realizó cortes en sus brazos con un cuchillo de cocina que ella mismo manipuló.
UNA RUPTURA MUY DOLOROSA
La segunda llamada también se sitúa en Los Ángeles, hogar de las estrellas estadounidenses. Era el 23 de enero de 2012 cuando el operador atendió a alguien desesperado. Decía que su amiga había fumado algo y que ahora sufría de convulsiones, y apenas se podía mantener consciente.
Todo era confuso ya que el denunciante no quería brindar detalles de qué habría desencadenado el episodio. De todas maneras, una ambulancia fue enviada al lugar para atender el caso y allí los médicos descubrieron que la afectada era Demi Moore. La actriz se había separado recientemente de su pareja de años, Ashton Kutcher, y se la había notado públicamente muy delgada, por lo que se llegó a pensar que estaba atravesando por un cuadro de anorexia, algo que ella se encargó de negar enfáticamente.
Al parecer, el aspecto de Moore se debía a otras razones. Los análisis de rutina arrojaron como resultado que se había intoxicado con nitrógeno óxido, pero que en su cuerpo había también otro tipo de sustancias no especificadas.
Tras lo ocurrido debió dejar de lado su papel en la película Lovelace.
ALERTA SILENCIOSA
El tercer y último caso no se hizo conocido por involucrar a alguien famoso, sino por lo sucedido.
Todo comenzó por la tarde, alrededor de las 18 horas, cuando una mujer llamó al 911 de Arlington. El sargento Christopher Cook atendió el llamado, pero del otro lado no oyó voz alguna. De hecho, la víctima no decía ni una palabra, porque básicamente le era imposible. Pero el policía no cortó. Dudó de que se tratase de una broma y permaneció escuchando lo que sucedía del otro lado de la línea.
Para su sorpresa la mujer había sido secuestrada. La policía rastreó la llamada y pudo apersonarse en una casa ubicada al 1.100 de North Center Street. Hubo resistencia al accionar policial y recién a las tres de la madrugada se entregó el Jeff Frederick Womack -el presunto secuestrador- junto con dos mujeres cómplices.
La mujer había sido secuestrada cuando salía de su trabajo alrededor de las cinco de la Estaba por subirse a su vehículo cuando el delincuente la sorprendió y la obligó a “dar un paseo” con él.
SALIR DEL INFIERNO
“Yo soy Amanda Berry, he estado secuestrada 10 años”, fueron los gritos que, con estupor, escuchó Altagracia Tejeda, quien hacía ocho años que vivía tranquilamente en la avenida Seymour de Cleveland. Ante semejante aparición, Tejeda prestó el teléfono a la desesperada joven de 27 años para que llamara al 911.
Gracias a dicha comunicación, el escalofriante caso del “Secuestro de Cleveland”, que tuvo como víctimas a Michelle Knight, Gina DeJesus y Amanda Berry -y su hija de seis años-, fue públicamente conocido: las tres mujeres habían permanecido cautivas durante más de 10 años por Ariel Castro.
Fue durante una salida de aquél a un local de comidas rápidas que Knight logró salir de su obligado encierro, ayudada por Charles Ramsey, un vecino de la zona que escuchó sus gritos, derribó la puerta y asistió a la joven.
Finalmente, tras ser condenado a mil años en prisión, Castro fue hallado muerto en su celda el tres de septiembre de 2013, a causa de un suicidio.
¿Llamaste alguna vez a un número de emergencia? ¿Qué ocurrió? ¿Has pensado qué harías si te sucede algo de lo que acabas de leer?
http://id.tudiscovery.com/cuatro-llamadas-al-911-que-se-hicieron-famosas/