Un área que ocasiona numerosos conflictos dentro del matrimonio es el manejo del dinero. En décadas pasadas esta responsabilidad recaía por lo general en el hombre, siendo él el principal proveedor y la mujer quien recibía sustento por parte de éste.
Con el paso de los años y con la inclusión de la mujer a la vida laboral, los conflictos matrimoniales derivados de situaciones económicas se incrementaron, incluso pueden presentarse aún cuando el dinero no haga falta. Muchas parejas pasan por alto hablar acerca de la manera en que participarán en la economía del hogar, por lo que pueden caer en las siguientes situaciones que generan conflictos:
· Que ella piense que su esposo tiene la obligación de brindar todo lo necesario para los gastos domésticos y que a la vez el salario de ella no esté comprometido a estos gastos.
· Que él piense que su esposa, además de trabajar, debe de hacerse cargo totalmente de los quehaceres del hogar.
Es muy probable que las tendencias en la forma de gastar el dinero o la forma en que se comparten las responsabilidades en el matrimonio, las hayan vivido de la misma manera desde sus familias. Por este motivo es muy importante que desde el noviazgo la pareja hable de la manera en la que participaran en el pago de los gastos: si los dos van a apoyarse, qué porcentaje les corresponde aportar, cuáles son los gastos indispensables que hay que cubrir, qué gastos de esparcimiento se pueden permitir, cómo se distribuirán el trabajo doméstico o si es necesario contratar a alguien, etc.
La capacidad y disposición que tengan para poder llegar a un acuerdo en la distribución de los gastos económicos, serán las herramientas que los ayudarán para poder evitar gastos emocionales con su pareja.
Lic. Humberto Hernández
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