¿Qué es la celulitis? ¿y por qué es diferente de la barriga cervecera?“He cambiado mi alimentación según tus recomendaciones, hago los ejercicios de tu Programa, y he perdido X kilos, me siento mucho mejor, más fuerte [... aquí va más detalle sobre lo mejor que se encuentran...] PERO haga lo que haga sigo teniendo algo de celulitis en los muslos [... aquí va más detalle sobre lo desesperadas que están...] ¿Qué hago?“.
Me gustaría poder decir que voy a explicarte el secreto para destruir definitivamente esa incómoda celulitis, pero prefiero decirte la verdad. Prefiero decirte de antemano que un poco de celulitis es inevitable en muchos casos, y que no hay un secreto, sino muchos factores que evitan a veces su desaparición, incluso cuando estás haciendo bien las cosas.
Como siempre, lo primero es entender el origen de la celulitis (el objetivo de hoy), ser consciente de los muchos mitos y tratamientos que pretenden combatir la celulitis (Parte II), y a partir de ahí tomar medidas racionales para mejorar de manera natural, pero con expectativas realistas de lo que se puede lograr, y lo que no.
Cualquier cosa relacionada con la fisiología (o psicología) humana tiene su explicación en nuestro pasado, en nuestra evolución. La diferente ‘relación’ que hombres y mujeres tenemos con la grasa tiene mucho que ver con las funciones que la naturaleza nos asignó.
La grasa y el sexo
Desde un punto de vista evolutivo, las mujeres son las que se llevan el 99,9% del coste energético asociado a crear (y criar) una nueva vida. Muchas pensarán, no sin razón, que soy generoso atribuyendo un 0,01% al hombre, por sus 10 minutos de ‘esfuerzo’. El proceso de formar una criatura humana durante 9 meses, y alimentarla con leche materna durante los siguientes 12-24 meses, requiere cantidades enormes de energía.
Las mujeres, por tanto, evolucionaron para ser mejores acumuladoras de grasa.
Aparte de requerir más grasa, ésta se distribuye de manera diferente:
En los hombres, la grasa tiende a acumularse en el cuerpo superior, mucha de ella como grasa visceral. Esta grasa, aparte de antiestética, es muy peligrosa, ya que puede interferir con el correcto funcionamiento de los órganos. De hecho el perímetro de la cintura en los hombres es un buen indicador del riesgo de mortalidad por varias enfermedades (problemas del corazón, diabetes…). La grasa visceral se alberga debajo de los músculos, por eso en casos extremos vemos a hombres con barrigas enormes, pero muy duras. Son duras porque por encima de la grasa, y totalmente estirados, se encuentran los abdominales!! Aargh :O.
En las mujeres, la grasa tiende a acumularse en los muslos y glúteos. Si bien esta grasa es subcutánea (entre la piel y los músculos), y por tanto no es peligrosa, las particularidades del tejido conectivo de la mujer hacen que se formen los famosos (o infames) ‘hoyitos’, como detallo más adelante.
No sólo la distribución es diferente entre hombres y mujeres. La grasa tiene también objetivos distintos (estudio). En las últimas semanas del embarazo, y especialmente durante la lactancia, la grasa gluteofemoral (sí, la de glúteos y muslos), se reduce enormemente, como muchas madres habrán notado. El motivo es que esta grasa es especialmente alta en DHA (ácido docosahexaenoico, un tipo de Omega 3), muy valioso para el desarrollo cerebral del recién nacido, y componente importante en la producción de la leche materna.
Muchos estudios demuestran que incluso con restricción calórica importante, el cuerpo femenino se resiste a deshacerse de la grasa gluteofemoral, ya que la reserva para el bebé. No olvidemos que la prioridad de nuestro cuerpo, después de sobrevivir, es procrear.
Soy consciente de que quedarse embarazada para reducir la celulitis no va a ser una medida bien recibida por muchas
, pero es un hecho.
Se cree que uno de los factores que contribuyen al aumento de los niveles de obesidad en las mujeres es la baja ingesta de Omega 3 en la dieta moderna. Esto hace que para acumular suficiente DHA en los muslos, deba acumularse más grasa en general. Es sólo una teoría, pero no parece descabellada.
La grasa visceral de los hombres no aporta ninguna ventaja evolutiva. Es simplemente la forma en la que el cuerpo intenta resolver un problema (comida mala y excesiva) que no existió hasta hace poco tiempo. Cuando un hombre pierde peso, la grasa visceral suele ser la primera en reducirse (no así la grasa subcutánea del abdomen, pero eso es otra historia). En las mujeres, sin embargo, la grasa gluteofemoral sí es una adaptación evolutiva, y por tanto el cuerpo la considera ‘necesaria’.
¿Qué es realmente la celulitis?
Si bien la grasa gluteofemoral tiene ciertas características que la hacen diferente, lo que ocasiona la llamada celulitis no es esta diferencia, sino su relación con el tejido conectivo.
Si echamos un vistazo a lo que hay debajo de la celulitis, encontramos por orden, la epidermis (capa externa de la piel), la dermis (capa interna de la piel), la grasa subcutánea, y el músculo. Lo que sujeta la dermis al músculo es una secuencia de fibras paralelas de colágeno. Estas fibras tensan la piel hacia abajo en las zonas de contacto, mientras que la piel tiende a subir, empujada por la grasa subcutánea, a medida que se aleja de estos conectores. Esta diferencia de presión a lo largo de la piel es lo que genera la celulitis.
celulitis
Por tanto, desde un punto de vista ‘arquitectónico’, hay varias cosas que influyen en la celulitis:
Cantidad de grasa. Obviamente, cuanta más grasa se acumule, más se tensarán los conectores y más se notarán los bultitos.
Elasticidad de los conectores: Si estas fibras de colágeno son muy rígidas, tienen menos capacidad de estirarse, y por tanto aparecerá celulitis incluso con niveles de grasa relativamente bajos. Uno de los factores por los que los hombres tienen menos celulitis, incluso con acumulaciones severas de grasa, es que su tejido conectivo es diferente, más en forma de red que de pilares paralelos como en las mujeres. Además, parece que el mayor nivel de estrógeno en las mujeres hace que estas fibras sean más rígidas (estudio) que en los hombres. Esto explica también por qué hay cada vez más hombres con celulitis.
Tono muscular: El músculo es la base sobre la que se asienta todo lo demás. Son los cimientos. Si la musculatura es débil, lo que está encima tiende a colapsar, magnificando los efectos de la celulitis. Más músculo da mayor firmeza a la superficie y hace menos visible la celulitis.
Grosor de la piel: cuanto más gruesa sea la piel, más firme será la superficie y menos celulitis se formará. Los hombres en general tienen la piel (dermis y epidermis) más gruesa que las mujeres, lo que representa otro factor protector. La vida es injusta, lo sé.
Este conocimiento nos permite evaluar algunas de las soluciones tradicionales a la celulitis, así como muchos de los inútiles inventos de la industria, que exploraremos el próximo día.
¿Nos obsesionamos demasiado?
Antes de entrar en detalles sobre algunos mitos y posibles soluciones (próximas entregas), quiero terminar el artículo de hoy con algunas reflexiones.
Está claro que la obesidad es peligrosa, pero la obsesión de una mujer por librarse de hasta el último gramo de grasa en los muslos es igualmente peligrosa. Biológicamente las mujeres no están diseñadas para tener niveles de grasa de 10-12%. Muchas mujeres atléticas que se acercan a esos niveles pierden la menstruación, y parece claro que la menstruación es un signo básico de salud. Es cierto que hay casos de mujeres totalmente ‘definidas’ con buena salud hormonal, pero son las pocas ganadoras de la lotería genética. No son la norma. Compararte con ellas sólo te llevará a una insatisfacción continua con tu cuerpo.
Un debate en la comunidad Paleo es si las mujeres del paleolítico ‘sufrían’ de esta condición. Personalmente no me atrevería a decir si tenían celulitis o no, pero sí apostaría bastante a que no les preocupaba, ni a ellas ni a sus hombres. Y lo que estoy seguro que no es Paleo es el espejo, es ver tu imagen reflejada cientos de veces al día. Y cada vez que la ves, compararla mentalmente con cientos de imágenes de otras mujeres, en revistas y televisión, sonriendo con sus cuerpos delgados, muchas veces peligrosamente delgados, muchas veces retocados digitalmente, pero proclamados por la sociedad como idea colectiva de lo que es un cuerpo bello.
Esta idea de belleza nos hace pensar que toda la grasa, salvo la de los pechos, es antiestética. Nos hace creer que si los muslos se tocan, significa que estás gorda. Los muslos de Marilyn Monroe se tocaban, ¿a alguien le importaba?.
marilyn
Y sin ir más lejos, muchas top-models, como Raica Oliveira (foto), fuera del entorno perfectamente controlado (y manipulado) del estudio fotográfico o la pasarela, resulta que son mujeres reales y tienen algo de celulitis. ¿A algún hombre le importa?.
RaicaOliveira
De nuevo, hablando como hombre, creo que algo de celulitis no es antiestético. Una mujer con curvas saludables y un poco de celulitis me parece mucho más atractiva que una mujer sin celulitis, y sin curvas. Los hombres estamos programados para encontrar atractivo un ratio específico entre cintura y cadera. Esta proporción perfecta es 0,7, y un nivel saludable de grasa gluteofermoral es necesario para lograrla. Obviamente nos atrae este ratio porque es un buen indicador de salud reproductiva.
Las proporciones de Barbie NO son normales. No permitamos que Ralph Lauren dicte los parámetros de belleza.
ralphlauren
Cuando dejes de seguir los cánones convencionales de perfección, te encontrarás realmente cómoda con tu feminidad, incluso con un poco de celulitis.
Fuente:
http://fitnessrevolucionario.com/2013/07/06/que-es-la-celulitis-y-por-que-es-diferente-de-la-barriga-cervecera/